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SEMBRADOR No. 768 - Página 3

 

1 de Julio de 2009 | Año 115                                            Descargar versión PDF


                    APÓSTOL                    

Se da este nombre a uno que sobresale en los inicios de una ciencia o una manera de pensar; es una persona a quien se cree y a quien se sigue: está entre los grandes de una profesión.

Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano (Juan 10:27,28).

El apóstol tiene una voz que se oye y se cree, porque se reconoce su experiencia y se admira su conocimiento y la manera que se ha entregado para servir a otros.

He aquí el primer dilema: ¿Reconoce a Cristo como Apóstol?

No sea como Adán que desechó la voz de Dios y prefirió tomar el camino de la búsqueda del bien y del mal; camino donde encontró cardos, espinas, sudor y lágrimas.

Cristo vino a este mundo como el postrer Adán (1 Corintios 15:45), con la misión de aprender la obediencia y hacerlo en la condición de hombre (Filipenses 2:8; Hebreos 5:8), es decir, ser lo que Dios desea que usted y yo seamos: hijos obedientes que, por amor, nos hemos comprometido a agradarle en todo.

Esta es nuestra profesión, y Cristo es el Apóstol de ella. Si lo reconocemos como tal, oiremos su voz, creeremos en sus palabras y seguiremos en sus pisadas.

Dios nos dio libre albedrío y confía que, reconociendo su sabiduría y su amor hacia sus criaturas, decidamos que, entender sus propósitos para nuestra vida y entregarnos a cumplir sus deseos, es a lo que nos comprometeremos, en total libertad, pero de manera irrevocable.

             SUMO SACERDOTE             

Al unir este título con el anterior, Dios está manifestando su misericordia, su comprensión y su disposición para suplir nuestras necesidades.

El Sumo Sacerdote es aquel que se coloca entre Dios y su pueblo para interceder por él; y esto es lo que Cristo hizo y aún hace por los suyos.

Ejercer una profesión sin vocación, sin conocimientos y sin recursos, ¡sería imposible!

Aquí es donde la intercesión de Cristo es invaluable

Mas éste (Cristo)… tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos (Hebreos 7:24,25).

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