Para ejercer una profesión
se necesita superar deficiencias, adquirir habilidades y tener el carácter y
temple necesarios para destacar en el medio.
Ser irreprensibles y
sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y
perversa (Filipenses 2:15,16) sería imposible, sin la intercesión de Cristo.
Cristo …se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.
(Tito 2:14).
Primera necesidad suplida: limpieza de todo pecado y un cambio de actitud ante lo que ofende a Dios, es el resultado de venir ante él, arrepentidos, y pedir su ayuda para que nos libre de nuestras ataduras al pecado.
Aquel (Cristo) que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca (1 Juan 5:18).
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Segunda necesidad:
defendernos de los ataques de Satanás, quien desea que fallemos en nuestra
profesión como siervos del Altísimo.
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús
(Filipenses 4:19).
Tercera necesidad: recursos para vivir, crecer y servir, es decir, para llegar a ser todo lo que Dios espera de nosotros.
En el desempeño de nuestra profesión necesitaremos:
» Ocuparnos en nuestra
salvación con temor y temblor (Filipenses 2:12).
» Perfeccionar nuestra
santidad en el temor de Dios (2 Corintios 7:1).
»
Servir a Dios, agradándole con temor y reverencia (Hebreos 12:28).
¿Qué pide Dios de usted?
Temor y reverencia, es decir, reconocer la autoridad de la voz con que le habla
y agradecer la misericordia mostrada al suplir, en Cristo, todas sus necesidades
en el desempeño de su profesión.
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