Tentar a Dios
es:
1. Usar la duda como base de nuestra argumentación. Esto lo
hizo el pueblo hebreo cuando tentaron a Jehová, diciendo: ¿Está,
pues, Jehová entre nosotros, o no? (Éxodo 17:7).
2. Ir en contra de su autoridad, así leemos: Pero aún
volvieron a pecar contra él, rebelándose contra el Altísimo en el
desierto; pues tentaron a Dios en su corazón, pidiendo comida a su
gusto (Salmo 78:17,18).
3. Insistir en desobedecer hasta provocarlo a ira. Esto es
lo que leemos: Pero ellos tentaron y enojaron al Dios Altísimo, y
no guardaron sus testimonios (Salmo 78:56).
Finalmente,
pensemos en:
EL FUEGO DE LA IRA
La Biblia nos
declara que Dios es paciente para con nosotros, no queriendo que
ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento (2
Pedro 3:9).
Es por esto
que son necesarias tres cosas:
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1. Que se
cierre la brecha entre Dios y el hombre. Por eso leemos que puso
a su Hijo, Cristo Jesús, como propiciación por medio de la fe en
su sangre, para manifestar su justicia (Romanos 3:25).
2. Que
podamos ser declarados justos. Así lo explican las Escrituras:
Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los
injustos, para llevarnos a Dios (1 Pedro 3:18).
3. Que el
pecador decida acercarse a Dios por medio de Jesucristo. Esta es
la oferta de Dios en Cristo Jesús: Por lo cual puede también
salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo
siempre para interceder por ellos (Hebreos 7:25).
Por eso
leemos:
Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo (Joel 2:13).
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