El de Egipto (v. 7Mas yo juzgaré, dijo Dios, a la nación de la cual serán siervos; y después de esto saldrán y me servirán en este lugar.) y el caso del becerro (v. 42Y Dios se apartó, y los entregó a que rindiesen culto al ejército del cielo; como está escrito en el libro de los profetas: ¿Acaso me ofrecisteis víctimas y sacrificios En el desierto por cuarenta años, casa de Israel?), como antecedentes del que vendría sobre ellos por querer reducir el trono del Altísimo a una casa en Jerusalén (vs. 49-5149 El cielo es mi trono, Y la tierra el estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis? dice el Señor; ¿O cuál es el lugar de mi reposo? 50 ¿No hizo mi mano todas estas cosas? 51¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.).
Los patriarcas… vendieron a José (v. 9Los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José para Egipto; pero Dios estaba con él,); Moisés, a quien habían rechazado (v. 35A este Moisés, a quien habían rechazado, diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez?, a éste lo envió Dios como gobernante y libertador por mano del ángel que se le apareció en la zarza.); Moisés, a quien vuelven a rechazar y en sus corazones se volvieron a Egipto (v. 39al cual nuestros padres no quisieron obedecer, sino que le desecharon, y en sus corazones se volvieron a Egipto); el de sus padres que persiguieron a los profetas (v. 52¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores;); el de ellos mismos, al entregar y matar al Justo, aunque habían recibido la ley por disposición de ángeles (vs. 52,5352¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores; 53vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis.).
Como quien ha sido rechazado por ellos a pesar de haber sido profetizado por Moisés (v. 37Este Moisés es el que dijo a los hijos de Israel: Profeta os levantará el Señor vuestro Dios de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis.), y muchos más después de él (v. 52¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores). ¡Se repetía la historia!
Terminó su presentación con estas palabras: ¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros (v. 51¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.). Y de una cosa estamos seguros: ¡llegó a sus corazones (v. 54Oyendo estas cosas, se enfurecían en sus corazones, y crujían los dientes contra él.)!
¿Qué aprender de esto? Además de cómo contar una historia escogiendo sólo lo relevante a nuestra conclusión, cómo entrelazar los eventos y qué datos (personas y lugares) escoger, está el de siempre contar la historia con el fin de resaltar a Cristo, su persona, su obra y sus promesas. Algo que jamás hemos de omitir cuando prediquemos.
AQUÍ su intervención tuvo un propósito diferente, pues fue invitado para que les diese una palabra de exhortación (Hch. 13:15Y después de la lectura de la ley y de los profetas, los principales de la sinagoga mandaron a decirles: Varones hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad.); y deducimos por esto que había cierto interés en escuchar lo que estos varones, que venían de lejos, tenían que decirles.
Éstas son fáciles de distinguir por la manera en que hace una pausa en su narración para despertar la atención de quienes lo escuchan al decir:
a) Varones israelitas, y los que teméis a Dios, oíd (v. 16Entonces Pablo, levantándose, hecha señal de silencio con la mano, dijo: Varones israelitas, y los que teméis a Dios, oíd).
Así inicia su INTRODUCCIÓN y lo hace reconociendo que está hablando a los que teméis a Dios. Recorre la historia desde Moisés hasta Juan el Bautista para introducir su tema, que será sobre Jesús a quien Dios levantó… por Salvador a Israel (v. 23De la descendencia de éste, y conforme a la promesa, Dios levantó a Jesús por Salvador a Israel.).
b) Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros teméis a Dios (v. 26Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros teméis a Dios, a vosotros es enviada la palabra de esta salvación.).
Ahora los llama hermanos (aunque sólo según la carne) para identificarse con ellos. Así inicia su TEMA. Destaca en él: las acciones del pueblo, de Pilato y de Dios; todas ellas predichas por los profetas.
c) Sabed, pues, esto, varones hermanos (v. 38Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados).
Omite: los que teméis a Dios, pues está por presentar una verdad que tal vez jamás habían oído, era la palabra de exhortación que le pedían. Así inicia su CONCLUSIÓN, misma que resume con la frase: por medio de él (el que Dios levantó como