1° de Julio de 2010 Año 116, No.772

Esto es lo que Dios necesita que experimente todo aquel a quien habrá de enviar su Espíritu para que sea su Ayudador. Dios no da su ayuda a quien piensa que no la necesita.

¿QUÉ DEBO HACER?

Para que sea transformado por Dios, es necesario que venga a él con un corazón contrito y humillado. Pues leemos: Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios (Salmo 51:17 Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.).

Al estar en su presencia necesitará confesar sus pecados. Pues, si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.).

Si pregunta: ¿Cómo puede Dios hacerlo? La Biblia tiene estas respuestas: Cristo murió por nuestros pecados (1 Corintios 15:3Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras); se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo (Gálatas 1:4el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre); en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados (Colosenses 1:14en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.).

Dios ya hizo lo necesario para borrar todos sus pecados y cambiar su condición de pecador. Él sólo espera que usted dé cinco pasos claramente definidos

(tomamos como ejemplo para los tres primeros una parábola que narró el Señor Jesucristo):

Confesar su necesidad, y hacerlo con un corazón contrito y humillado.

Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! (Lucas 15:17Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!).

Reconocer que ha vivido en pecado y que por eso renuncia a su pasado, porque desea ser transformado por el poder de Dios.

Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. (Lucas 15:18Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.).

Creer que Dios, en su gracia, operará el cambio en usted, que Cristo murió por sus pecados y que la virtud de su sangre es suficiente y necesaria para que éstos sean perdonados y su corazón y su conciencia sean limpios de ellos.

Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. (Lucas 15:19Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.).

Invocar a Cristo como su Señor y como al único a quien adorará y servirá.

Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. (Romanos 10:13porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.).

A lo que añadimos esta verdad:

Escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás (Mateo 4:10Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.).

Decidir obedecer a Dios en todo cuanto él le ordene, habiendo ya renunciado a su ayer y terminado con todo lo que antes era prioritario para su vida.

“El Sembrador”
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