El Sembrador
La semilla es la Palabra de Dios

Consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia (Romanos 6:11-13 11Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. 12No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; 13ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.).

¿QUÉ MÁS SE PIDE DE MÍ?

En los textos citados se leyeron estos puntos que son indispensables para que sus pecados sean perdonados y reciba al Espíritu Santo, pues primero debe creer que lo que Dios pide es urgente y necesario, y que con Dios no hay acepción de personas ni casos de impunidad.

Dios demanda de mí que:

1. Muera al pecado, para así ser libre de él (Romanos 6:11,1811Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. 18y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.).

2. Crucifique la carne con sus pasiones y deseos, para que así ya no sea atraído y seducido por mis

pasiones y mis deseos carnales (Gálatas 5:24Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.; Santiago 1:14,1514sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. 15Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.).

3. Renuncie a la impiedad y a los deseos mundanos para que así el Espíritu Santo pueda ayudarme a vivir sobria, justa y piadosamente (Tito 2:1212enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, ), pues no puedo servir a dos señores (Lucas 16:13Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.).

Morir, crucificar y renunciar nos hablan de acciones donde no hay retorno. Esto es algo que, aunque tal vez se entienda, no se le da la importancia necesaria.

El engaño más sutil de Satanás es presentar la posibilidad de ir y venir entre él y Dios y así gozar, según él, de los dos mundos. Pero tenga algo por seguro, Dios no limpia de pecados ni da de su Espíritu a quien no da estos pasos definitivos.

Délos usted hoy y tenga la seguridad de que la sangre de Cristo ha lavado sus pecados y que el Espíritu de Dios mora en usted y lo ayuda a vivir una vida santa y agradable a Dios.