Josafat no aprendió lo peligroso del yugo desigual cuando casi pierde la vida en el campo de batalla (1 R. 22:32,3332Cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Ciertamente éste es el rey de Israel; y vinieron contra él para pelear con él; mas el rey Josafat gritó. 33Viendo entonces los capitanes de los carros que no era el rey de Israel, se apartaron de él. ) ni cuando perdió sus barcos (1 R. 22:48Josafat había hecho naves de Tarsis, las cuales habían de ir a Ofir por oro; mas no fueron, porque se rompieron en Ezión-geber.). Aquí vuelve hacer alianza con un rey de Israel (enemigo de Dios) y le vuelve a ir mal.
No reconoce la distinción que debe haber entre el pueblo de Dios y los del mundo al decir: “Yo soy como tú...” (v. 7Y fue y envió a decir a Josafat rey de Judá: El rey de Moab se ha rebelado contra mí: ¿irás tú conmigo a la guerra contra Moab? Y él respondió: Iré, porque yo soy como tú; mi pueblo como tu pueblo, y mis caballos como los tuyos.).
Nuestra meta debe ser imitar a Cristo, pero a veces gastamos más tiempo y dinero imitando al mundo. “No os conforméis a este siglo, sino transformaos” (Ro. 12:2No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.).
Hay varias lecciones en este cuarto milagro de Eliseo:
1. Fe en la promesa de Dios (v. 17Porque Jehová ha dicho así: No veréis viento, ni veréis lluvia; pero este valle será lleno de agua, y beberéis vosotros, y vuestras bestias y vuestros ganados.). El valle estaría lleno de agua sin que hubiera viento ni lluvia.
2. Fe que se expresa en obras (v. 16quien dijo: Así ha dicho Jehová: Haced en este valle muchos estanques.): “Haced en este valle muchos estanques”. Estos retendrían el agua. A nosotros nos toca hacer lugar en nuestra vida para recibir las bendiciones de Dios.
3. Fe que espera que Dios se manifieste (v. 20Aconteció, pues, que por la mañana, cuando se ofrece el sacrificio, he aquí vinieron aguas por el camino de Edom, y la tierra se llenó de aguas.). El agua que Dios mandó sirvió de consuelo para los suyos (v. 17Porque Jehová ha dicho así: No veréis viento, ni veréis lluvia; pero este valle será lleno de agua, y beberéis vosotros, y vuestras bestias y vuestros ganados.), pero para confundir a los enemigos (vs. 22-2422Cuando se levantaron por la mañana, y brilló el sol sobre las aguas, vieron los de Moab desde lejos las aguas rojas como sangre; 23y dijeron: ¡Esto es sangre de espada! Los reyes se han vuelto uno contra otro, y cada uno ha dado muerte a su compañero. Ahora, pues, ¡Moab, al botín! 24Pero cuando llegaron al campamento de Israel, se levantaron los israelitas y atacaron a los de Moab, los cuales huyeron de delante de ellos; pero los persiguieron matando a los de Moab.).