Hay un triple llamado a la adoración que divide el salmo en tres partes (vs. 1,7,121 Alabad a JAH, Porque es bueno cantar salmos a nuestro Dios; Porque suave y hermosa es la alabanza. 7 Cantad a Jehová con alabanza, Cantad con arpa a nuestro Dios. 12 Alaba a Jehová, Jerusalén; Alaba a tu Dios, oh Sion.), pero son sólo dos los temas de la alabanza. El Dios de Israel y el Dios de la creación. Dios cuenta las estrellas y las llama por su nombre. Los astrónomos han contado cien millones de estrellas, pero saben que hay muchas más. Dios las conoce todas como el pastor conoce sus ovejas (Jn. 10:3A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca.).
Dios cubre de nubes el cielo y con ellas da humedad y fertiliza regiones que el hombre nunca ha cultivado. Así sostiene a bestias y aves.
Hay una descripción del invierno que casi nos hace sentir frío (vs. 16,1716 Da la nieve como lana, Y derrama la escarcha como ceniza. 17 Echa su hielo como pedazos; Ante su frío, ¿quién resistirá?), pero el invierno pasa y vuelven a fluir las aguas.
En lo que se refiere a Israel hay a lo menos cuatro bendiciones que enumera el salmo:
1. Seguridad civil: puertas fortificadas (v. 13aPorque fortificó los cerrojos de tus puertas).
2. Felicidad doméstica: hijos bendecidos (v. 13bBendijo a tus hijos dentro de ti.).
3. Tranquilidad nacional: paz en todo el territorio (v. 14aEl da en tu territorio la paz).
4. Prosperidad agrícola: abundancia del mejor trigo (v. 14bTe hará saciar con lo mejor del trigo.).
Dios se complace “en los que le temen” y “esperan en su misericordia” (v. 11Se complace Jehová en los que le temen, Y en los que esperan en su misericordia.). ¡Que esta sea nuestra actitud hacia Dios!