Septiembre 21

Deuteronomio 26:1-19Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

“LA PONDRÁ DELANTE DEL ALTAR”

Dentro del orden de la celebración de las fiestas de Jehová, se encuentra la celebración de las primicias de los frutos de la tierra. Parece que lo que ahora nos tocó leer no debería ser celebrado sólo en una fiesta de los judíos sino en cualquier época, como reconocimiento de las bendiciones de Dios.

¿Tenemos alguna responsabilidad frente a esta fiesta? En el Nuevo Testamento, cuando se mencionan las primicias, es con relación a la resurrección de Cristo (1 Co. 15:20Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. ), mencionándose en seguida el día en que los creyentes seremos vivificados.

Volvamos a nuestra lectura que nos indica cuándo (v. 1Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da por herencia, y tomes posesión de ella y la habites), dónde (v. 2entonces tomarás de las primicias de todos los frutos que sacares de la tierra que Jehová tu Dios te da, y las pondrás en una canasta, e irás al lugar que Jehová tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre.), cómo (vs. 3-113Y te presentarás al sacerdote que hubiere en aquellos días, y le dirás: Declaro hoy a Jehová tu Dios, que he entrado en la tierra que juró Jehová a nuestros padres que nos daría. 4Y el sacerdote tomará la canasta de tu mano, y la pondrá delante del altar de Jehová tu Dios. 5Entonces hablarás y dirás delante de Jehová tu Dios: Un arameo a punto de perecer fue mi padre, el cual descendió a Egipto y habitó allí con pocos hombres, y allí creció y llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa; 6y los egipcios nos maltrataron y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura servidumbre. 7Y clamamos a Jehová el Dios de nuestros padres; y Jehová oyó nuestra voz, y vio nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión; 8y Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con grande espanto, y con señales y con milagros; 9y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel. 10Y ahora, he aquí he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jehová. Y lo dejarás delante de Jehová tu Dios, y adorarás delante de Jehová tu Dios. 11Y te alegrarás en todo el bien que Jehová tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, así tú como el levita y el extranjero que está en medio de ti.) y quiénes (v. 12Cuando acabes de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en tus aldeas, y se saciarán.) podían disfrutar la ofrenda. Pensemos, ¿acaso el creyente, al confiar en Cristo, no ha tomado herencia y posesión en los lugares celestiales? ¿No ha escogido Dios lugar en nuestros días, para hacer habitar allí su nombre? ¿No es parecida nuestra experiencia cuando del pecado volvimos a la bondad de un Dios que es amplio en perdonar? ¿He confesado esto (v. 5Entonces hablarás y dirás delante de Jehová tu Dios: Un arameo a punto de perecer fue mi padre, el cual descendió a Egipto y habitó allí con pocos hombres, y allí creció y llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa)? ¿Comparto mi gozo (v. 12Cuando acabes de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en tus aldeas, y se saciarán.) con todos los que me rodean?

Reflexión: ¿Cómo relaciona lo que habría de decir delante de Jehová (vs. 13-15 13Y dirás delante de Jehová tu Dios: He sacado lo consagrado de mi casa, y también lo he dado al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, conforme a todo lo que me has mandado; no he transgredido tus mandamientos, ni me he olvidado de ellos. 14No he comido de ello en mi luto, ni he gastado de ello estando yo inmundo, ni de ello he ofrecido a los muertos; he obedecido a la voz de Jehová mi Dios, he hecho conforme a todo lo que me has mandado. 15Mira desde tu morada santa, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel, y a la tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres, tierra que fluye leche y miel.) con lo que dice al partir el pan y beber de la copa (1 Co. 11:23-2623Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; 24y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. 25Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. 26Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.)?

“El Sembrador”
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