Aquí está el segundo argumento de Moisés (ver comentario de ayer). La historia quedaba para que de ella aprendieran a reflexionar (v. 39Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro.). Nuevamente hay dos lecciones:
1. Dios es Dios de PROMESAS. Habló con ellos en medio del fuego, pero encerró sus promesas en un pacto. No podían esperar que Dios cumpliera su parte si ellos no cumplían la suya.
2. Dios es Dios de PROEZAS. Se listan siete (v. 34¿O ha intentado Dios venir a tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con milagros y con guerra, y mano poderosa y brazo extendido, y hechos aterradores como todo lo que hizo con vosotros Jehová vuestro Dios en Egipto ante tus ojos?):
Pruebas. Los sacó del horno de hierro, mostrando su soberanía.
Señales. La vara convertida en serpiente, que acreditaban su persona.
Milagros. Luz en Gosén / tinieblas en Egipto, que hablan de gracia.
Guerra. Destrucción de Faraón, que demostraba su superioridad.
Mano poderosa. Paso del Mar Rojo, que representaba su poder.
Brazo extendido. Maná y codornices, que habla de compasión.
Hechos aterradores. Muerte de Coré, que recordaban al pueblo su justicia.
Sin embargo, la visión del profeta lo lleva a ver que, pasados los años, se olvidarían de Dios y caerían bajo su castigo. Queda la advertencia para nosotros: ¡Reflexionemos!