INTRODUCCIÓN AL
CANTAR DE LOS CANTARES

ESTE libro es una joya poética. Su tema principal es el amor. Muchos aplazan la lectura de este libro atemorizados por su tema y confundidos por su interpretación. Esto no debe ser así, aunque existan fuertes excusas para ello. El hombre ha puesto el nombre AMOR a todo menos al profundo sentir, dado por Dios, para ligar con vínculos inquebrantables a dos seres y darles fuerza suficiente para vencer toda acción que busque separarlos. La verdadera definición de amor la encontramos dentro del cuadro poético de Cantares 8:6,76 Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; Porque fuerte es como la muerte el amor; Duros como el Seol los celos; Sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama. 7 Las muchas aguas no podrán apagar el amor, Ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor, De cierto lo menospreciarían..

Sólo han experimentado amor verdadero y puro, y esa fuerza mutuamente atrayente entre marido y mujer que Dios hizo florecer en el marco de pureza del Edén (Gn. 2:22-2522Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. 23Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. 24Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. 25Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.), aquellos que, como vírgenes, han ganado el amor de una virgen, y en ese estado de virginidad se han prometido lealtad frente a Dios en el altar del matrimonio. Todo otro camino está lleno de espinas que laceran el corazón y dejan llagas donde pueden germinar y florecer la falsedad, el engaño y el pecado. Por eso muchos son incapaces de conocer el amor verdadero y puro. El paladar que ya gustó las golosinas del mundo, la carne y Satanás, difícilmente puede apreciar la fragancia sutil y el exquisito sabor del amor con que Dios unió a Adán y a Eva en la pureza del Edén, antes de haberse concebido en ellos el pecado que, dando a luz, trajo como consecuencia la separación entre la criatura y su Creador.

El rabino Aquiba, al defender la canonicidad de este libro dijo: “Todo el mundo no es comparable con el día en que El Cantar de los Cantares fue dado a Israel. Todas las Escrituras son santas y El Cantar de los Cantares, es el Lugar Santísimo”. Dentro del símil, si habremos de entrar al Lugar Santísimo, limpiémonos en el lavacro de la Palabra de todo lo que ha manchado nuestro concepto del amor, para así poder ver, a través del amor humano del que nos habla este libro, el amor sublime y excelso con que Dios ha amado a su pueblo.

Hay a lo menos cinco formas de interpretar este libro:

1. Literalmente - Salomón y la sulamita.

2. Dispensacionalmente - Dios e Israel.

3. Actualmente - Cristo y la iglesia.

4. Espiritualmente - Cristo y el alma del creyente.

5. Personalmente - Yo y mi cónyuge.

“El Sembrador”
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