|
CONVERSIÓN
EN una forma sencilla, la conversión se define como dar media vuelta, es
decir, dar la espalda a los objetivos y metas que se perseguían, para iniciar
en una dirección totalmente opuesta.
Dar la espalda al ayer, es acción suya, pues Dios respeta nuestras decisiones
y no nos quita la libre voluntad que nos ha conferido. Sólo entonces Dios
actuará confirmando la decisión que usted tomó y haciendo que el cambio
sea completo e irreversible.
La Biblia, al hablar de la conversión, señala que es:
De su mal camino (Jonás 3:8). Camino, no sólo se refiere a dirección, también
son metas y anhelos. ¿Para qué o para quién vive? ¿Para tener más?, ¿para
ser alguien?... ¿Para usted?, ¿para los suyos?... Déle la espalda a esto,
y ahora, viva para Dios.
De su maldad (Hechos 3:26). Nuestras mejores acciones son
rechazadas por Dios porque están teñidas de pecado. Las manos |
¿han robado?, los labios ¿han mentido?, los pies ¿han tropezado?, el corazón ¿ha
sentido odio?... A todo esto hay que darle la espalda, es decir. renunciar a
dirigir nuestra vida, para que hoy Dios la gobierne.
De los ídolos (1 Tesalonicenses 1:9). Un ídolo es todo aquello que albergamos
en nuestro corazón como importante y necesario; está relacionado con lo
que buscamos o hacemos cuando sentimos necesidad o estamos en peligro.
Tenemos que dar la espalda a esto para que Dios sea el único que esté en
nuestro corazón.
La acción de Dios está relacionada con los pasos que usted dará en la nueva
dirección al andar por fe en la virtud de la sangre de Cristo que lo ha
hecho una nueva criatura (2 Corintios 5:17, Efesios 2:10). El propósito
de Dios al enviar a su Hijo al mundo a morir en la cruz es que usted pueda
vivir su nueva vida en santidad y perfección.
No rechace esta oferta de
Dios, mañana puede ser tarde.
|