“ Y despertó Jehová
el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel,
gobernador de Judá,
y el espíritu de Josué hijo de Josadac,
sumo sacerdote,
y el espíritu de todo el resto del pueblo;
y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios.”
Volviendo a la porción de donde tomamos el título de las lecciones para este trimestre (Heb. 12:6Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo), encontramos un nombre con un significado importante para el texto que estamos memorizando:
“Padre de los espíritus” (Heb. 12:9Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?).
¡Qué bueno que el Padre que nos disciplina, es también “Padre de los espíritus”! Necesitamos que nuestro espíritu sea despertado para trabajar en su obra. La disciplina que Dios nos envía tiene este propósito.
Piensa en lo siguiente:
» Las piedras tienen cuerpo.
» Los animales tienen alma y cuerpo.
» Yo tengo espíritu, alma y cuerpo.
Además, sólo Dios, el “Padre de los espíritus”, puede despertar nuestro espíritu.
Observemos que para despertar al espíritu necesitamos, primero, despertar “con exhortación” el “limpio entendimiento” (2 P. 3:1Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento). Éste fue el ministerio de Hageo.
1. Los exhortó a que meditaran sobre sus caminos, es decir, lo que hacían y los resultados que obtenían.
a) Descansaban en casas artesonadas, y la casa de Dios estaba desierta (1:4¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta?).
b) Había mucha actividad, pero veían poco fruto de su trabajo (1:6Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto.).
c) La propuesta era dejar la comodidad de su casa, subir al monte, traer madera y reedificar la casa de Dios (1:8Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová.).
2. Los exhortó a que meditaran en su corazón, es decir, el lugar donde ha de nacer la fe. Muchos meditan en su cabeza, y sólo encuentran dudas y discrepancias.
a) El momento para decidir ser diferentes es “antes” de comenzar a servir a Dios (2:15Ahora, pues, meditad en vuestro corazón desde este día en adelante, antes que pongan piedra sobre piedra en el templo de Jehová).
b) El momento de poner a Dios primero es “desde este día en adelante” (2:18Meditad, pues, en vuestro corazón, desde este día en adelante, desde el día veinticuatro del noveno mes, desde el día que se echó el cimiento del templo de Jehová; meditad, pues, en vuestro corazón), no mañana.
c) Lo razonable es hacerlo antes de que la cosecha comience, para que ésta sea abundante (2:19¿No está aún la simiente en el granero? Ni la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el árbol de olivo ha florecido todavía; mas desde este día os bendeciré.).
Por “orden” de Dios y “mandato” del rey trabajaron edificando la casa de Dios, y la terminaron. Este es un caso cuando el “antes que” de Hechos 5:29 se cambia por “y”. ¿Puedes dar unos ejemplos actuales?