Egipto había sido usado por Dios para dar lecciones a su pueblo. Allí se forjaron en un pueblo unido bajo el yugo de servidumbre. Varios encontraron refugio en Egipto y el mismo Señor fue llevado allí para escapar de Herodes. Algunos Faraones fueron usados para dar lecciones a reyes de Israel y Judá.
También fueron usados por Satanás. Un Faraón quiso exterminar la raza hebrea echando a todos los hijos varones al río Nilo y sus cocodrilos (Éx. 1:22Entonces Faraón mandó a todo su pueblo, diciendo: Echad al río a todo hijo que nazca, y a toda hija preservad la vida.). Los egipcios confundieron el corazón del pueblo en el desierto y los hicieron murmurar contra su Dios (Nm. 11:5Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos). Una mujer egipcia robó el corazón de Salomón y lo hizo pecar contra Dios (1 R. 11:1Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas).
A todo esto Dios dice: En tiempo antiguo blandiste la espada de juicio contra mi pueblo, pero ahora esa espada la usará Nabucodonosor, rey de Babilonia (v. 25Fortaleceré, pues, los brazos del rey de Babilonia, y los brazos de Faraón caerán; y sabrán que yo soy Jehová, cuando yo ponga mi espada en la mano del rey de Babilonia, y él la extienda contra la tierra de Egipto. ). Faraón queda sin la espada de Dios, con un brazo roto y con ambos inutilizados. No serían vendados y jamás se volverían a fortalecer.
Hay diferencia entre ejecutar la voluntad de Dios para ventaja personal, y hacerla de corazón para Dios. Los primeros, como Faraón, pueden ser desechados cuando acaben su trabajo. Los segundos, nunca, porque son hijos de Dios.