El Sembrador
La semilla es la Palabra de Dios

INTRODUCCIÓN

ENTRE nuestros lectores habrá quienes ya tienen años de estudiar la Biblia y quienes lo hagan por primera vez. Estaremos pensando en toda la gama de posibilidades, enriqueciendo a los primeros y estimulando a los últimos.

No es fácil descubrir los tesoros de la Palabra de Dios, ni hay un método sencillo y único para hacerlo. La Biblia está formada por sesenta y seis libros, escritos por más de cuarenta diferentes varones de Dios y a través de mil quinientos años, aunque su Escritor e Inspirador ha sido el mismo (2 Ti. 3:16Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redarg:uir, para corregir, para instruir en justicia).

Si bien, no necesitamos aprender sesenta y seis métodos diferentes, sí hay variaciones que serán necesarias aplicar para cada una de sus secciones: Libros Históricos, Poéticos y Proféticos; los Evangelios y las Epístolas.

CONSEJOS GENERALES

Presentamos unos pasos generales que son indispensables aplicar cada vez que se desea estudiar la Biblia.

1. OBSERVACIÓN: lo que se ve.

Muchos quieren estudiar un pasaje o un versículo, sin haber leído antes mucho más de lo seleccionado, sea esto texto, pasaje o libro.

LEER ANTES DE ESTUDIAR.

Leer el libro varias veces (o toda una sección si se va a estudiar un libro), es un consejo práctico muy necesario antes de empezar a estudiar un pasaje en particular.

Al leer, debemos dejar que el Autor de la Biblia hable a nuestros corazones y deje en él el mensaje general que quiso dar al inspirar el pasaje seleccionado.

2. INTERPRETACIÓN: lo que significa.

Resumimos este consejo así:

PENSAR ANTES DE INTERPRETAR.

En forma breve presentamos cinco principios de interpretación de los escritos divinos:

a) Principio literal. Lo que leemos fue escrito con relación a algo real que el varón de Dios vio o sintió. Por tanto, primero tratemos de entenderlo así, sin dudar que lo que leemos, aconteció verdaderamente. No tratemos de ver lo simbólico, lo tipológico o lo profético, antes de lo real. Lo escrito en los primeros capítulos del Libro de Génesis es un caso particular donde esto sucede: no se acepta lo escrito como descripción de un suceso real.