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Texto para memorizar: Mateo 16:18
“Y yo también te digo,
que tú eres Pedro,
y sobre esta roca
edificaré mi iglesia;
y las puertas del Hades
no prevalecerán contra ella.”
Introducción: Mateo 16:13-20
Si fuéramos judíos, entenderíamos algunas palabras de la siguiente forma:
1. PEDRO: Una piedra pequeña como las que se usan para edificar las paredes.
2. ROCA: Una piedra grande como las que se usan para poner los cimientos.
3. IGLESIA: Un grupo de personas elegidas para un propósito especial.
4. PUERTAS: El lugar donde se reúnen los principales de la ciudad para tomar decisiones.
5. HADES: El lugar donde están los enemigos de Dios.
Esto nos enseña un verdad importante:
La iglesia está fundada en CRISTO, y él nos promete que nada podrá dañarla. ¡Estamos seguros!
Recuerda: no hay otro fundamento mas que Cristo. Muchos enseñan que hay otras cosas u otras personas que son importantes. Pero no es cierto.
Lección: Mateo 16:1-28
1. Y yo también te digo (v. 18) nos dice que Pedro recibió dos revelaciones importantes:
a) Primero, el Padre le reveló que Jesús es
b) Después, Cristo le reveló que todo aquel que confesara que él es Señor, formaría parte de su iglesia (Romanos 10:9).
2. Esto también lo enseñaron los apóstoles. (1 Juan 4:2; 2 Juan 7). Es necesario confesar que Jesucristo ha venido en carne, porque manifiesta que aceptamos que:
a) Somos pecadores y necesitamos ser justificados (Romanos 3:20,23).
b) No hay otro, sino Cristo, quien pueda hacerlo por nosotros (1 Timoteo 2:5; Hebreos 2:10).
3. Los hombres piden señales para creer (16:1), pero lo que les hacía falta eran:
a) Ojos para discernir las señales, como lo hacían cuando veían los cielos (16:2).
b) Mente para captar los ejemplos y figuras que Dios presentó por medio de sus profetas (16:4).
4. Los discípulos necesitarían, además, corazón para recibir sus enseñanzas (16:21) y ser librados de dudas y temores (Marcos 8:17; 16:14).
Pensamiento: 1 Pedro 2:5
Si reconocemos a Cristo como la roca en que se edifica la iglesia, debemos acercarnos a él y permitir que Dios nos edifique sobre él, como la piedra principal, para formar un edificio espiritual que nunca será destruido.
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