El Maestro está hablando a sus discípulos sobre lo que ocurrirá durante las próximas horas. Vendrían momentos tristes para ellos: la crucifixión terminaría en la sepultura de quien amaban, vendrían tres días de luto cuando no lo verían, pero resucitaría y su luto se tornaría en gozo.
Cuando la tumba que contendría su cuerpo fuera sellada, habría gozo para los príncipes de los judíos (v. 20De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo.), aunque tristeza para ellos. Después de esta tristeza “nacería” un hombre nuevo. Podría ser esto figura de la nueva dispensación de la gracia (v. 21La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.). En esta era, el gozo que Cristo da, nadie lo puede quitar (Ro. 8:35-3935¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. 37Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.). También les dice que la comunicación cambiaría: sería “al Padre en mi nombre” (v. 2323En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.). En esta era encontrarían paz en Cristo y aflicción en el mundo (v. 33Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.). El error del hombre es buscar paz “en el mundo”, y pensar que “en Cristo” hay aflicción. ¿Qué busco yo? ¿Dónde lo busco?
Para meditar: Cristo, en el mundo hallaría dolor, condenación y muerte, pero en mí, ¿qué ha encontrado?