FEBRERO 23

Juan 1:29-51Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

“EL CORDERO DE DIOS”

Pensando en Cristo como Verbo, vemos su ministerio de dar a conocer a Dios a todos los hombres que quieren venir a su luz (v. 18No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.). Pensando en él como Cordero, vemos su ministerio de reconciliar al mundo con Dios (Col. 1:20y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.).

“Yo no le conocía” (vs. 31,3331Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua. 33Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.) ha de entenderse dentro del contexto de nuestra lectura. María y Elizabet eran parientes (Lc. 1:36Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril) y es difícil creer que los hijos de ambas no se hayan visto. Pero si observamos que se está hablando del testimonio de Cristo como Hijo y como Cordero de Dios (vs. 29,34El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.), entonces esta frase nos dice que Juan el Bautista basaba su testimonio en la revelación directa del Espíritu de Dios (vs. 32,3332También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. 33Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.) y no en un relato familiar o tradición.

Nuevamente encontramos una lección para quien predica el evangelio. Yo he de ver con mis propios ojos aquello de lo cual testifico. También, pensando en que Dios quiere que todos seamos testigos, mi meta no sólo ha de ser hablar de Cristo, sino de llevar a mis oyentes a él para que ellos le vean y puedan testificar a otros. Esto fue lo que pasó con la primera cadena de testigos. Notemos el trabajo del evangelista: “Le trajo a Jesús” (v. 42Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro).); su preocupación: “Halló a...” (v. 45Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret.); y su mensaje: “Ven y ve” (v. 46Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve.).

“El Sembrador”
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