DICIEMBRE 31

Filemón 8-25Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

UN HOMBRE INÚTIL, HECHO ÚTIL

La tercera gran lección de este libro es una alegoría de la relación entre el pecador, su Abogado y su Dios. Lutero escribió que esta epístola es una “Bella parábola del evangelio” y termina diciendo: “Porque todos somos los Onésimos de Dios”.

Onésimo significa “útil”, pero este esclavo no le hizo honor a su nombre. No fue útil a su amo sino que lo defraudó y huyó a Roma. En la gran ciudad encontró al apóstol y la cárcel fue el escenario del nuevo nacimiento que transformó al hombre inútil en siervo útil a Pablo y lo sería también a Filemón (vs. 10,11 10te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones, 11el cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil; Col. 4:9con Onésimo, amado y fiel hermano, que es uno de vosotros. Todo lo que acá pasa, os lo harán saber.).

¿Soy yo útil para alguien en el servicio del Señor?

Sigamos con la alegoría: Pablo intercede por Onésimo ante su dueño, como Cristo por nosotros ante Dios. Cristo pagó lo que debíamos al morir en la cruz (Sal. 69:3,43 Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido; Han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios. 4 Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza los que me aborrecen sin causa; Se han hecho poderosos mis enemigos, los que me destruyen sin tener por qué. ¿Y he de pagar lo que no robé?), y por él somos aceptos ante Dios quien nos recibe “para siempre” (v. 15Porque quizá para esto se apartó de ti por algún tiempo, para que le recibieses para siempre; Ef. 1:6para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado).

No sabemos lo que ocurrió con Onésimo al llegar a la casa de su amo; pero Pablo confiaba que Filemón haría aun más de lo que le pedía la carta. También, si sabemos lo que Dios ha hecho con nosotros (1 Jn. 3:1-31Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. 2Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. 3Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.), hagamos lo mismo, y aun más, con nuestros hermanos y prójimos.

“El Sembrador”
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