En este capítulo Job hace preguntas y plantea problemas para los cuales Pablo ofrece respuestas:
1. “¿Cómo se justificará el hombre con Dios?” Dios es sabio y el hombre más sabio sólo puede responderle una pregunta entre mil (calificación: 0.1%). Dios es poderoso: arranca montes y ordena los movimientos del sol y las estrellas. Nos admira que Job conociera las constelaciones (v. 9El hizo la Osa, el Orión y las Pléyades, Y los lugares secretos del sur;), pero no ve en ellas la gloria de Dios sino un poder irresistible que en ese momento le era adverso. ¿Cómo puede el hombre justificarse ante un Dios sabio, santo y poderoso? Pablo responde: Dios es el dador de justificación (Ro. 3:30Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión. ); la gracia es la fuente (Ro. 3:24siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús); la sangre de Cristo es la base (Ro. 5:9Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira); la fe es el medio por el cual se recibe (Ro. 5:1Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo) y la resurrección es la prueba de su efectividad (Ro. 4:25el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.).
2. Job dice: Hay un Dios, pero “NO HAY entre nosotros árbitro que ponga su mano sobre nosotros dos” (v. 33No hay entre nosotros árbitro Que ponga su mano sobre nosotros dos). Pablo responde: “HAY UN SOLO Dios, y UN SOLO mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Ti. 2:5Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre). ¡Qué diferencia y qué bendición! NO HAY vs. HAY UNO. Pero, recordemos que hay sólo uno.