Sigue el conflicto entre Dios y Satanás. Job es el campo de batalla. Rara vez le damos esta dimensión a las circunstancias de nuestra vida. Dios repite la alta estima en que tenía a Job (v. 3Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa? ) y Satanás sigue con su idea que la piedad de Job es superficial y convenenciera. Señala que le quedaba su salud y Dios permite que toque su cuerpo. A Job, que sufre sarna, se acercan los demás personajes del drama:
3. LA MUJER DE JOB (vs. 9,109Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. 10Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.). En vez de hallar en ella ayuda idónea Job tiene que reprenderla por hablar como mujer fatua, ya que da un pésimo consejo a su marido enfermo.
4. TRES AMIGOS (vs. 11-1311Y tres amigos de Job, Elifaz temanita, Bildad suhita, y Zofar naamatita, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían convenido en venir juntos para condolerse de él y para consolarle. 12Los cuales, alzando los ojos desde lejos, no lo conocieron, y lloraron a gritos; y cada uno de ellos rasgó su manto, y los tres esparcieron polvo sobre sus cabezas hacia el cielo. 13Así se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que su dolor era muy grande.). Más tarde se acercará otro amigo. Estos tres acompañan a Job en silencio y tal vez así le dieron consuelo, pero al abrir sus bocas se ganaron el título de consoladores vanos.
No hemos nombrado al personaje principal del libro, pero nos daremos cuenta que todo gira alrededor de DIOS que es Soberano, Omnipotente y Padre celestial que disciplina y azota al hijo que ama para producir en él el “fruto apacible de justicia” (Heb. 12:5-11Ir a la Biblia en línea).
Recordemos: No puede tocarnos ningún dolor sin el permiso del Dios de amor.