Cristo nos libró de la condenación del pecado al darnos vida nueva; pero la seguridad de nuestra salvación no es excusa para perseverar en el pecado. ¡De ninguna manera! Los que estábamos muertos EN pecado ahora estamos muertos AL pecado.
Pablo nos enseña que la ignorancia es un factor decisivo en las derrotas del cristiano. La expresión: “¿no sabéis?”, ocurre dos veces en este capítulo y hay algo muy parecido al principio del siguiente (6:3,16 3¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 16¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? ; 7:11¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive? ).
La frase: “en Cristo Jesús”, también ocurre en estas tres secciones ayudándonos a entender eso que no sabemos (6:11,2311Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. 23Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.; 7:25Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.). La ignorancia puede mantenernos en esclavitud a la muerte (6:1-11Ir a la Biblia en línea), al pecado (6:12-23Ir a la Biblia en línea) y a la ley (7:1-23Ir a la Biblia en línea). Pablo compara a la ley con un monarca (v. 12No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias), un maestro (v. 16¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?) y un marido (7:1-41¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive? 2Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. 3Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera. 4Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.). Pero hay dos monarcas, dos maestros y dos maridos y en cada caso, el segundo es Cristo.
Nos conviene preguntarnos en dónde estamos y buscar someternos a Cristo. En él encontraremos mejor servicio (v. 19Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.) y es mucho mejor el resultado final (v. 23Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.).