La figura de hoy nos habla de juicio, pero para buscar la figura adecuada se menciona un total de tres casos:
1) Langostas (v. 1Así me ha mostrado Jehová el Señor: He aquí, él criaba langostas cuando comenzaba a crecer el heno tardío; y he aquí era el heno tardío después de las siegas del rey.), animales voraces que consumen toda planta y no perdonan.
2) Fuego (v. 4Jehová el Señor me mostró así: He aquí, Jehová el Señor llamaba para juzgar con fuego; y consumió un gran abismo, y consumió una parte de la tierra.), algo también devastador. No sólo hace arder la madera del bosque sino que cava un hoyo en el suelo (parece más bien una explosión atómica lo que vio Amós).
3) Plomada (v. 7Me enseñó así: He aquí el Señor estaba sobre un muro hecho a plomo, y en su mano una plomada de albañil.). De las tres figuras, ésta es la que se acepta.
De las otras dos leemos “No será” (vs. 3,63Se arrepintió Jehová de esto: No será, dijo Jehová. 6Se arrepintió Jehová de esto: No será esto tampoco, dijo Jehová el Señor.). En ellas hay juicio sin justicia, es decir, cae sobre todos sin ver si merecen o no ser castigados.
La plomada emite su juicio en justicia. No perdona una pared torcida, pero sólo condena a la torcida. La plomada y el nivel emiten un juicio invariante. Son dignas figuras del juicio de Dios que es recto, justo, invariante, sin acepción de personas, pero con misericordia. Lo que Israel había construido estaba torcido y Dios no lo toleraría (v. 8Jehová entonces me dijo: ¿Qué ves, Amós? Y dije: Una plomada de albañil. Y el Señor dijo: He aquí, yo pongo plomada de albañil en medio de mi pueblo Israel; no lo toleraré más.).
Pensemos en otra historia de juicio, la de Belsasar. Él fue pesado y hallado falto (Dn. 5:27TEKEL: Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto.). ¿Qué dice la plomada de Dios frente a la vida de cada uno de nosotros?