Pensamientos rectos producen palabras rectas y acciones justas. Esto será premiado por Aquel que se deleita en la justicia (vs. 5-75 Los pensamientos de los justos son rectitud; Mas los consejos de los impíos, engaño. 6 Las palabras de los impíos son asechanzas para derramar sangre; Mas la boca de los rectos los librará. 7 Dios trastornará a los impíos, y no serán más; Pero la casa de los justos permanecerá firme.).
La palabra escrita o hablada debiera ser un canal de bendición para los que nos rodean. A veces es así, pero en otras, hiere y lastima. Se nos ha hecho creer que el mucho hablar es prerrogativa de las mujeres, pero los hombres no se quedan atrás en usar la boca sin freno. Los labios del justo traen liberación (v. 66 Las palabras de los impíos son asechanzas para derramar sangre; Mas la boca de los rectos los librará.), declaran justicia (v. 17El que habla verdad declara justicia; Mas el testigo mentiroso, engaño.); su lengua es medicina (v. 18Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; Mas la lengua de los sabios es medicina.), sus labios pronunciarán palabras duraderas (v. 19El labio veraz permanecerá para siempre; Mas la lengua mentirosa sólo por un momento.) y sobre todo, alegran a Dios (v. 22Los labios mentirosos son abominación a Jehová; Pero los que hacen verdad son su contentamiento.).
Cristo es el Maestro por excelencia en el uso de la palabra. Cuando era necesario decía: “¡Generación de víboras!” (Mt. 3:7Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?); pero también decía: “Dejad a los niños venir a mí” (Mr. 10:14Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. ). Nuestra oración debiera ser: Que mis labios al hablar siempre agraden al Señor.
El capítulo termina así: “En el camino de la justicia está la vida; y en sus caminos no hay muerte” (v. 28En el camino de la justicia está la vida; Y en sus caminos no hay muerte.). El camino es Cristo (Jn. 14:6Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.) y en él está la vida (Jn. 1:4En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.).