Diciembre 30

Efesios 6:1-9Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

CONDUCTA EN EL HOGAR

La fe cristiana debe impactar la vida familiar. En tres esferas de esta vida: matrimonio, familia, trabajo, Dios se dirige primero al vaso más frágil. En el pasaje leído ayer vimos primero los deberes de la esposa, luego los del marido. Hoy veremos primero los de los hijos antes que los de los padres y los de los siervos antes que los de sus amos.

A los hijos se les da una receta para larga vida: la obediencia a sus padres “en el Señor”. La desobediencia es característica del incrédulo (2 Ti. 3:2Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,). La obediencia tiene su ejemplo más sublime en la sumisión de Cristo a su Padre celestial (Jn. 10:17,18 17Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. 18Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.).

Los padres tienen un deber en sentido negativo (no provocar) y otro que es en sentido positivo (disciplina y amonestación). Por disciplina entendamos el deber de enseñar patrones de conducta, y por amonestación la necesidad de advertir los peligros de no seguir esos patrones.

Los siervos cristianos deben servir a sus amos terrenales como si sirvieran a Cristo, recordando que Cristo tomó forma de siervo para redimirnos.

Los amos deben dejar las amenazas y recordar que, ante el Señor, todos somos esposa, hijos y siervos: el vaso más frágil.

“El Sembrador”
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