LA Roca en que se fundaría la iglesia (16:18Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.) tenía que ser probada (Is. 28:16por tanto, Jehová el Señor dice así: He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure.); porque “las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. El Señor, la Roca, tendría que poner sobre todo principio y toda propuesta, la soberanía de Dios.
1. Tendría que confesar su sumisión a la voluntad de Dios. El cumplir su voluntad es más que el pan (v. 4El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.).
2. Tendría que confesar la supremacía de Dios. Dios no está en su trono para que le pida que me honre cuando llego al pináculo de la fama (vs. 6,7y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, En sus manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra. 7Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.).
3. Tendría que confesar que Dios es único, fuerte y celoso y que no permite la adoración de otro (v. 10Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. 11El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.; Ex. 20:5No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,).
Veamos que a la iglesia la azotan estos mismos vientos de tentación. Cuando sufre persecución, se le ofrece la salida fácil; se le propone llegar a la fama, levantándose a sí misma y no al Señor; es embestida por las corrientes de este siglo e incitada a doblegarse ante el tentador en vez de ante su Cabeza: Cristo.
Ante todas estas pruebas está la promesa del Señor a su iglesia: “Las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”; está el recurso de la Palabra de Dios: “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti” (Sal. 119:11En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.), y el fruto de una vida forjada bajo la disciplina de la oración (Heb. 5:7Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.). ¿Llevo yo una vida victoriosa?