Enero 13

Salmo 13:1-6Ir a web de la Biblia, o abrir en app (Youversion)

DE LA AFLICCIÓN A LA ALABANZA

EN este salmo, como en tantos otros, vemos al salmista pasar por experiencias muy parecidas a las nuestras. El salmo empieza en un clima de aflicción y ansiedad. Cuatro veces se pregunta: “¿Hasta cuándo...?” (vs. 1,21 Salva, oh Jehová, porque se acabaron los piadosos;
Porque han desaparecido los fieles de entre los hijos de los hombres.
2 Habla mentira cada uno con su prójimo;
Hablan con labios lisonjeros, y con doblez de corazón.
). Parece que padecía una aflicción física muy grave, pues pide en el versículo 33 Jehová destruirá todos los labios lisonjeros, Y la lengua que habla jactanciosamente; ser librado de la muerte y no quería que sus enemigos se alegraran al verlo vencido por el sufrimiento. Pero en vez de caer en la desesperación ante tal acumulación de males y aflicciones, aunque sus oraciones no parecían tener respuesta, sigue orando.

La oración es el vehículo que nos lleva de las tinieblas a la luz. Después de expresar sus dudas con toda franqueza (algo que muchos creyentes temen hacer y por eso nunca salen de ellas), el salmista afirma su fe. Confía en la misericordia de Dios y se alegra en la salvación que ha sido su porción en tiempos pasados. Su clamor se convierte en canción: “Cantaré a Jehová, porque me ha hecho bien” (v. 6Las palabras de Jehová son palabras limpias,
Como plata refinada en horno de tierra,
Purificada siete veces.
).

Recordemos: Todas las cosas (especialmente las duras y difíciles) ayudan a bien a los que aman a Dios (Ro. 8:28Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.).

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