Las últimas palabras
que escuché de mi esposa
fueron del Salmo 27:13:
"Hubiera yo desmayado,
si no creyese que veré
la bondad de Jehová
en la tierra de los vivientes".
¡Cuán ciertas son hoy!

 

VER Y CREER, ¿qué es primero? Los que gritaban "descienda ahora de la cruz, para que veamos y creamos" (Mr. 15:32) no tuvieron respuesta. Como contraste está la enseñanza del Maestro: "¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?" (Jn. 11:40).Como siervos de Cristo que sembramos la semilla del evangelio, tenemos que aprender a creer primero, para poder ver, después, el fruto de nuestras labores y la bendición de Dios.Incluimos una carta de nuestros archivos que pone de manifiesto esta verdad:

 Tehuacán, Pue., México 23 de septiembre de 1891

Con sufrimiento indecible, perplejo ante el misterio de los caminos de Dios, ¡qué consuelo siento al pensar que mi amada está con el Resucitado, porque es una de los que han "muerto en Cristo"! Los tales tendrán primacía cuando el Señor venga por nosotros, porque serán resucitados incorruptibles antes de que nosotros seamos transformados (1 Co. 15:52).

Las últimas palabras que escuché de mi esposa fueron del Salmo 27:13: "Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes". ¡Cuán ciertas son hoy! Es imposible todavía entender los propósitos de Dios al marcar el fin de nuestros deseos de servirle juntos en este país. Pero nos animamos a creer para después ver.

Sus últimas palabras en español fueron dirigidas a una mujer que Dios levantó para ser de gran ayuda en nuestra extrema necesidad. Le dijo: "La sangre de Jesucristo, el Hijo de Dios, nos limpia de todo pecado". Oren por esta mujer. Hemos visto evidencia de que la luz del evangelio está despejando la oscuridad de su mente.