Las ayudas visuales eran muy comunes en las lecciones que Dios daba al pueblo de Israel por medio de los profetas. Ezequiel debía hacer un modelo de adobe que representara a Jerusalén sitiada por sus enemigos. También tomaría en forma alterna el papel del pueblo (v. 8Y he aquí he puesto sobre ti ataduras, y no te volverás de un lado a otro, hasta que hayas cumplido los días de tu asedio.) y del juez que proclamaba el castigo de Jerusalén (v. 7Al asedio de Jerusalén afirmarás tu rostro, y descubierto tu brazo, profetizarás contra ella. ). “Llevarás la maldad” (v. 6Cumplidos éstos, te acostarás sobre tu lado derecho segunda vez, y llevarás la maldad de la casa de Judá cuarenta días; día por año, día por año te lo he dado) no es una acción propiciatoria sino punitiva. Estaban recibiendo el castigo que merecían.
Una interpretación del tiempo: 390 y 40 suman 430 que podemos comparar con los 430 años en Egipto (Éx. 12:40El tiempo que los hijos de Israel habitaron en Egipto fue cuatrocientos treinta años.), que forman un interludio entre la dispensación de la promesa y de la ley (Gá. 3:17Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.) y que aquí sería el período de silencio entre ley y gracia. También, aunque durante los primeros 430 años, fueron formados en el horno de aflicción como vasija de artífice, hoy serían vueltos a formar, tras otra prueba, en un pueblo digno de su Rey (Jer. 18:2-62Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras. 3Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda. 4Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla. 5Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 6¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel.). Su castigo no sería dolor físico, como en Egipto, sino dolor moral y espiritual, simbolizado por el pan inmundo que comerían (v. 13Y dijo Jehová: Así comerán los hijos de Israel su pan inmundo, entre las naciones a donde los arrojaré yo.).
¡Cuidémonos de la rebeldía para no caer bajo el castigo de Dios!