Esta lectura enriquece lo leído y aprendido el 16 de abril. Los puntos que se resaltan sobre los animales que se pueden comer son:
1. Animales que podían ofrendarse (v. 3Cualquier varón de la casa de Israel que degollare buey o cordero o cabra, en el campamento o fuera de él). Estos animales habían sido separados por Dios para sacrificios. Podían comerse, pero debían comerse en presencia de Dios y en santidad. La ofrenda de paz, (en la que el pueblo comía la carne y quemaba la grasa), tenía que ser precedida por la ofrenda por el pecado y el holocausto.
2. Animales de caza (v. 1313Y cualquier varón de los hijos de Israel, o de los extranjeros que moran entre ellos, que cazare animal o ave que sea de comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra.). No siempre podría la familia ir al santuario a comer. ¿Se quedarían entonces sin carne en su dieta? No, pero ésta tenía que ser buscada en el campo o en el bosque.
3. Pero la sangre se prohíbe (vs. 6,13 6Y el sacerdote esparcirá la sangre sobre el altar de Jehová a la puerta del tabernáculo de reunión, y quemará la grosura en olor grato a Jehová. 13Y cualquier varón de los hijos de Israel, o de los extranjeros que moran entre ellos, que cazare animal o ave que sea de comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra.). Ésta no debía comerse, pero además de no comerla, la de los primeros debía esparcirse sobre el altar y la de los segundos debía enterrarse.
La lección para hoy es la siguiente: comer es necesario para crecer, y para crecer en Cristo necesitamos experiencias que: (1) Han de encontrarse cerca del altar (la cruz). (2) Demandarán esfuerzo de nuestra parte. (3) Requieren que valoremos lo sagrado de la vida (sangre).