El Sembrador
La semilla es la Palabra de Dios

INTRODUCCIÓN

EN este tercer artículo de la serie, estudiaremos los primeros cinco libros del Nuevo Testamento.

Todos ellos cubren una época corta, comparada con los libros del Antiguo Testamento, haciendo énfasis en una sola persona: CRISTO (Los Evangelios), y en el impacto que tuvo su vida y su mensaje en el mundo de ese entonces (Los Hechos de los Apóstoles).

En realidad no pueden ni deben separarse estos cinco libros si han de estudiarse de manera provechosa y práctica, pues los apóstoles tan sólo siguieron y pusieron en operación lo que Jesús comenzó a hacer y a enseñar (Hch. 1:1En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar).

CUARTO TEMA

LOS EVANGELIOS

EL que cuatro personas, cada una con características totalmente diferentes, escribieran de un solo personaje, presenta un problema inicial de interés.

¿Coinciden? En cuanto a la persona y a los eventos que describen, sí; en cuanto a los detalles que observan y cómo enfocan la lección que han de trasmitir, no. Es aquí donde aparece una fuente de confusión para todo estudiante que inicia su tarea sin reconocer que los cuatro escritores

fueron inspirados por el mismo Espíritu de Dios.

Mateo, Marcos y Lucas presentan la historia de Cristo, partiendo de lo que hizo y enseñó así como de lo que sufrió en los días de su carne (Heb. 5:7Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.). Juan, a diferencia de ellos, acepta la encomienda de respaldar con sus narraciones la verdad de la divinidad de Cristo, para que todos crean en él y tengan vida en su nombre (Jn. 20:31Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.).

Puntualicemos estas diferencias:

MATEO. Ve a Cristo como REY, anota las profecías que se cumplieron en él, y escribe a judíos.

MARCOS. Presenta a Cristo como SIERVO, el que vino a cumplir una misión, y escribe su Evangelio teniendo en mente a la iglesia del primer siglo.

LUCAS. Resalta los aspectos que manifiestan que, aunque es Hijo de Dios, tomó forma de hombre y fue tentado a nuestra semejanza. Él escribió a Teófilo, en particular, y a los gentiles en lo general.

JUAN. Su interés fue callar los errores que estaban naciendo, con referencia a la divinidad de Cristo.