Pero, como crearía al hombre a su imagen y semejanza (Génesis 1:26Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.) y le daría capacidades como las de observar, cuantificar, analizar y comparar, así como la total libertad para decidir; no podía obligarlo a tomar el camino que él señalara como el correcto. Por eso envió a su Espíritu, para que trabajara con el corazón del hombre y lo convenciera, primero, de su pecado, y después, de que en Jesucristo, y sólo en él, está la solución propuesta por Dios para su condición de pecador.
El Señor Jesucristo dijo con toda claridad lo que haría el Espíritu Santo (Juan 16:8-11 8Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. 9De pecado, por cuanto no creen en mí; 10de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; 11y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.)
Cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
Y explica cada acción así:
De pecado, por cuanto no creen en mí…
El pecado más grave y por el cual el pecador será lanzado al lago de fuego es no creer que
Cristo es la única solución a su problema con el pecado. Pero esto implica, primero, creer que ante los ojos de Dios hemos pecado.
¿Se ha declarado usted pecador delante de Dios?
De justicia, por cuanto voy al Padre…
Cristo está a la diestra del Padre, no para que cuando peque corra a él, sino para ayudarme a no pecar más.
¿Cree en el poder de Dios y en la virtud de Cristo para ayudarle a no pecar más?
De juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.
Cuando creemos en Cristo como nuestro sustituto y somos sepultados juntamente con él, Dios nos resucita a una nueva vida, libres de toda atadura al pecado (Romanos 6:4,5,8-114Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
5Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección
8Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; 9sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. 10Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. 11Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.).
¿Cree usted que ya está fuera del dominio de Satanás?
Permita que el Espíritu Santo haga su trabajo en usted.
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1º de Agosto, 1894
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