ARREPENTIMIENTO
EL evangelio que predicaba el Señor Jesucristo presentaba este paso como
indispensable. Una vez dijo: Si no os arrepentís, todos pereceréis
(Lucas
13:3,5).
Pero, ¿qué hemos de entender por arrepentimiento? No es una desilusión
causada por un resultado desagradable. No es renunciar emprender una tarea
porque se siente uno incapaz. No es una declaración que manifiesta
que se está de acuerdo con comenzar de nuevo.
ARREPENTIMIENTO es
sentir un dolor profundo en el corazón al analizar lo que se ha hecho, aceptando
como urgente y necesario buscar nuevos recursos y nuevas fuerzas, pero más
importante, es estar convencido que, sin la ayuda de Dios, se volverá a
fracasar.
Intentar repetir una acción sin cambiar métodos, recursos o habilidades,
es volver a fracasar. Sentir dolor porque el resultado no fue el esperado,
sin reconocer que se siguió un camino errado, no asegura satisfacción la
siguiente vez que se intente. Buscar el apoyo de alguien que también está
propenso a fracasar no es una buena decisión.
Pero, declarar que nuestros métodos, recursos o habilidades no son los
adecuados, y que nos equivocamos al escoger el camino, no es tarea
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fácil. El orgullo y la presunción son fuerzas que impiden una
declaración de incompetencia y el reconocimiento de defectos y
deficiencias.
Cuando las tareas que emprendemos salen mal, se requiere una investigación
profunda de nuestras deficiencias y una búsqueda amplia de métodos alternos.
Y si esto es así en el caso de la salud, del bienestar personal y en el
campo laboral, ¿qué piensa usted que se ha de hacer cuando la noción de
que algo está mal se relaciona con su vida y con lo que la vida significa
y promete?
Su carácter o su temperamento, ¿nunca lo ha llevado a situaciones difíciles
de las que se ha apenado? Al ver lo que usted es y ha logrado, ¿queda totalmente
satisfecho? ¿Está usted seguro de que no hay algo mejor? Cuando lo cotidiano
provoca en usted estrés y fatiga, ¿no busca su alma algo diferente? Cuando
una enfermedad, o bien, la violencia e inseguridad que le rodea, lo hacen
pensar en la muerte, ¿quisiera encontrar algo en qué apoyarse para alejar
todo temor del más allá? Cuando, en momentos de tranquilidad y sosiego
contempla la naturaleza y aprecia su belleza y perfección, ¿acaso no se
ha preguntado qué piensa de usted el Dios que creó el universo y cuyas
manos formaron su cuerpo y su aliento le dió vida? ¿Nunca se ha preguntado
que si lo que usted es y hace manifiestan la perfección y la belleza de la
creación que usted admira? |