Esta historia es una ilustración magnifica del evangelio. Notemos algunas lecciones:
1. “Pero leproso” (v. 1Naamán, general del ejército del rey de Siria, era varón grande delante de su señor, y lo tenía en alta estima, porque por medio de él había dado Jehová salvación a Siria. Era este hombre valeroso en extremo, pero leproso.). Como el joven rico, Naamán tenía todo, pero una cosa le faltaba: pureza.
2. Una muchacha cautiva (vs. 2,32Y de Siria habían salido bandas armadas, y habían llevado cautiva de la tierra de Israel a una muchacha, la cual servía a la mujer de Naamán. 3Esta dijo a su señora: Si rogase mi señor al profeta que está en Samaria, él lo sanaría de su lepra. ). Conocía el poder de Dios y supo compartir la buena noticia con sus patrones a pesar de su edad y posición social.
3. Confianza falsa (vs. 5-75Y le dijo el rey de Siria: Anda, ve, y yo enviaré cartas al rey de Israel. Salió, pues, él, llevando consigo diez talentos de plata, y seis mil piezas de oro, y diez mudas de vestidos. 6Tomó también cartas para el rey de Israel, que decían así: Cuando lleguen a ti estas cartas, sabe por ellas que yo envío a ti mi siervo Naamán, para que lo sanes de su lepra. 7Luego que el rey de Israel leyó las cartas, rasgó sus vestidos, y dijo: ¿Soy yo Dios, que mate y dé vida, para que éste envíe a mí a que sane un hombre de su lepra? Considerad ahora, y ved cómo busca ocasión contra mí.). La carta de recomendación y el regalo ostentoso parecía ser la forma correcta de buscar el favor de Dios. No es el influyente, ni el rico el que halla salvación, sino el que reconoce su necesidad y se acerca a Dios con fe (Is. 55:1A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.; Tit. 3:5nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo).
4. Un mensaje sencillo: “Vé y lávate” (vs. 8-108Cuando Eliseo el varón de Dios oyó que el rey de Israel había rasgado sus vestidos, envió a decir al rey: ¿Por qué has rasgado tus vestidos? Venga ahora a mí, y sabrá que hay profeta en Israel. 9Y vino Naamán con sus caballos y con su carro, y se paró a las puertas de la casa de Eliseo. 10Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Ve y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio.). Dios pide fe y obediencia y su promesa es segura: “Serás limpio” = “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hch. 16:31Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.).
5. Un espíritu rebelde (vs. 11-1311Y Naamán se fue enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano y tocará el lugar, y sanará la lepra. 12Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré también limpio? Y se volvió, y se fue enojado. 13Mas sus criados se le acercaron y le hablaron diciendo: Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más, diciéndote: Lávate, y serás limpio?). Antes de ser bálsamo, el mensaje de Dios es espada que destruye el “yo decía para mí” y los prejuicios.
6. Obediencia plena (v. 14El entonces descendió, y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio.). Estaba dispuesto a hacer una gran cosa, pero fue al hacer lo que Dios ordenó que quedó limpio.
7. Advertencia solemne (vs. 15-27Ir a la Biblia en línea). ¡Ay del que quiere sacar provecho personal de la obra de Dios!