MARZO 4

Juan 6:41-71Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

“YO SOY”

Encontramos estas palabras varias veces en el evangelio que estamos leyendo. Son una prueba más de la divinidad de Cristo. Al usarlas, el Señor Jesús estaba diciendo lo mismo que Dios dijo a Moisés desde la zarza (Éx. 3:14Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.). Son palabras que ningún judío usaría por temor a ser castigado por blasfemia, por eso causaron tantas murmuraciones (v. 41Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo.).

Había dos incógnitas en las mentes de su auditorio: ¿Por qué lo dijo? y: ¿Por qué no lo castigó Dios al instante? La respuesta estaba ante sus ojos: el que lo dijo es Dios.

Nuestra porción tiene otra verdad que ha causado grandes discusiones: ¿Qué significa comer la carne y beber la sangre de Cristo?

¿A qué se refiere? Primero notemos que es una condición para: (a) tener vida en nosotros (v. 53Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.); (b) ser resucitados en el día postrero (v. 54El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.) y (c) estar en Cristo y él en nosotros (v. 56El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.). Estas condiciones también están ligadas a oír y creer (5:24De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.; 11:25Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.; 15:5,105Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. 10Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor., etc.), y hemos de concluir que este pasaje debe ligarse a eso y no a la mesa del Señor que en ningún lugar se ve unida a ella.

Comer y beber, así como oír y creer, inician el proceso de asimilación donde lo que se recibe llega a formar parte de uno.

“El Sembrador”
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