Asaf llegó de la duda y desesperación a la fe cuando llevó sus problemas al santuario y allí los presentó a Dios (v. 17Hasta que entrando en el santuario de Dios, Comprendí el fin de ellos.). ¡Qué diferente es la perspectiva desde allí! Aunque nos parece que el sol gira alrededor de la tierra, la realidad es otra, y hasta no descubrir esta realidad el hombre no pudo comprender los fenómenos del sistema solar.
Si juzgamos a Dios por las circunstancias llegaremos a conclusiones erróneas. Debemos ver las circunstancias desde el punto de vista que obtenemos al estar en el santuario con Dios. Desde esta perspectiva todo toma su proporción correcta.
El salmista reconoce su ignorancia (v. 22Tan torpe era yo, que no entendía; Era como una bestia delante de ti.): era como una bestia. El hombre natural (animal) no percibe ni puede entender las cosas que son “del Espíritu de Dios” (1 Co. 2:14Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.). ¡Qué dicha es disfrutar de protección (v. 23Con todo, yo siempre estuve contigo; Me tomaste de la mano derecha.), consejo (v. 24Me has guiado según tu consejo, Y después me recibirás en gloria.) y plena satisfacción en Dios (vs. 24-2624 Me has guiado según tu consejo, Y después me recibirás en gloria. 25 ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. 26 Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.)! Asaf se dio cuenta de que los que se alejan de Dios perecerán (aunque ahora parezcan prosperar), pero los que se acercan a él hallarán el bien (vs. 27,2827 Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta. 28 Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras.). Así perdió su envidia.