Noviembre 4

Jeremías 34:1-22Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

CUANDO ES PROFANADO EL NOMBRE DE DIOS

Dios no reclama algo que no haya dado a conocer al hombre. Por la ley, el judío sabía perfectamente lo que significaba tomar el nombre de Dios en vano (Éx. 20:7No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.; Lv. 19:12Y no juraréis falsamente por mi nombre, profanando así el nombre de tu Dios. Yo Jehová.). Bastaría solamente, sin ningún comentario, decir que fue una orden de Dios que el pueblo aceptó. Sin embargo, no hay nada en la Biblia que no sea contestado por la misma Biblia, y así, en el Nuevo Testamento se comenta sobre esto, dando énfasis a que en el mismo nombre de Dios se conjugan “la inmutabilidad de su consejo”, de su persona y de su palabra (Heb. 6:13-2013Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, 14diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente. 15Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa. 16Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos, y para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación. 17Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento; 18para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. 19La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, 20donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.). Por eso, como en el caso del becerro dividido (v. 18Y entregaré a los hombres que traspasaron mi pacto, que no han llevado a efecto las palabras del pacto que celebraron en mi presencia, dividiendo en dos partes el becerro y pasando por medio de ellas), cuando se manifiesta su presencia su nombre es proclamado.

Concluimos que la esclavitud y la libertad del hombre también son por el anticipado consejo de Dios, pues fue esto lo que entregó al mismo Hijo de Dios, Jesucristo (Hch. 2:22-2422Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis; 23a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole; 24al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.). Nosotros ahora debemos notar nuestra responsabilidad. Si portamos el nombre de cristianos debemos conocer y hacer su voluntad (Mt. 21:28-3128Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. 29Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. 30Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue. 31¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios.) y buscar nuestra consagración.

No permitamos que por nuestra conducta el nombre que portamos, el de Cristo, sea blasfemado. “¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!” (Heb. 10:26-3126Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, 27sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. 28El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. 29¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? 30Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. 31¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!).

“El Sembrador”
La Semilla es la Palabra de Dios
Apartado Postal 28,
94300, Orizaba, Ver., México.
xm.gro.rodarbmesle@rodarbmesle