Noviembre 23

Isaías 43:1-28Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

CREADOR Y REDENTOR

En este capítulo el amor que ha estado oculto tras palabras de juicio y castigo sale otra vez a la luz. Aprendemos primero que pertenecemos a Dios por derechos de creación y de redención.

Somos posesión suya, preciosa, y ésta es buena razón para no temer. Pero hay otra: al pasar por pruebas de agua y fuego podemos oír su voz que nos dice: “Yo estoy contigo” (v. 5No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré.).

El pueblo de Israel no cumplió su pacto con Dios. La iglesia también ha fallado y con ella cada uno de nosotros somos culpables de los pecados de negligencia que encontramos en los versículos 22-2422Y no me invocaste a mí, oh Jacob, sino que de mí te cansaste, oh Israel. 23No me trajiste a mí los animales de tus holocaustos, ni a mí me honraste con tus sacrificios; no te hice servir con ofrenda, ni te hice fatigar con incienso. 24No compraste para mí caña aromática por dinero, ni me saciaste con la grosura de tus sacrificios, sino pusiste sobre mí la carga de tus pecados, me fatigaste con tus maldades.. Examinemos nuestros corazones ante estas acusaciones:

a) “No me invocaste” (v. 22Y no me invocaste a mí, oh Jacob, sino que de mí te cansaste, oh Israel.). Falta de oración.

b) “No me trajiste... holocaustos” (v. 23No me trajiste a mí los animales de tus holocaustos, ni a mí me honraste con tus sacrificios; no te hice servir con ofrenda, ni te hice fatigar con incienso. ). Falta de consagración.

c) “No compraste para mí caña aromática” (v. 24No compraste para mí caña aromática por dinero, ni me saciaste con la grosura de tus sacrificios, sino pusiste sobre mí la carga de tus pecados, me fatigaste con tus maldades.). Falta de devoción.

Son pocos los que le dan al Señor un vaso de alabastro de perfume de nardo de mucho precio (Mr. 14:3Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza.), pero todos pusimos en él la carga de nuestros pecados y le fatigamos con nuestras maldades (v. 244No compraste para mí caña aromática por dinero, ni me saciaste con la grosura de tus sacrificios, sino pusiste sobre mí la carga de tus pecados, me fatigaste con tus maldades.). Todo esto Dios lo perdona por amor a sí mismo.

¿Cómo reaccionamos nosotros ante tal amor?

“El Sembrador”
La Semilla es la Palabra de Dios
Apartado Postal 28,
94300, Orizaba, Ver., México.
xm.gro.rodarbmesle@rodarbmesle