LA palabra ÉXODO viene del griego y significa “salida”. Este es el libro de redención y ofrece muchas ilustraciones de esta doctrina importante. Hay dos aspectos de la redención y es el segundo el que merece nuestra preferente atención porque muchas veces está ausente de la predicación y enseñanza de la Palabra de Dios.
En Génesis 15:13-16 13Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. 14Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza. 15Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. 16Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí. Dios le indicó a Abraham que pasarían por lo menos 400 años antes de que la promesa de poseer Canaán se volviera realidad. También le dijo que su pueblo moraría en tierra ajena como esclavos. En Génesis 50Ir a la Biblia en línea (sitio externo) y Éxodo 1Ir a la Biblia en línea (sitio externo) leemos del crecimiento de la familia de Abraham que llegó a ser una nación de casi tres millones de personas. La nación de Israel es figura del hombre que es esclavo del pecado y que necesita redención. Egipto es símbolo del mundo; Faraón, de Satanás, y Moisés es figura o tipo de Cristo, el Redentor. Los primeros capítulos son, para el creyente, una mirada hacia el pasado, ya que hablan de su salida de la esclavitud.
Este es el aspecto positivo de la redención. Hay por lo menos tres propósitos que Dios tiene al sacar a su pueblo de Egipto; están indicados en la primera parte, y se cumplen en la segunda; estos son: ofrecerle sacrificios, celebrar fiesta y servirle con fidelidad (3:18Y oirán tu voz; e irás tú, y los ancianos de Israel, al rey de Egipto, y le diréis: Jehová el Dios de los hebreos nos ha encontrado; por tanto, nosotros iremos ahora camino de tres días por el desierto, para que ofrezcamos sacrificios a Jehová nuestro Dios.; 5:1Después Moisés y Aarón entraron a la presencia de Faraón y le dijeron: Jehová el Dios de Israel dice así: Deja ir a mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto.; 8:1Entonces Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.). Nuestra redención hoy también tiene estos tres propósitos. Dios no sólo nos libra DEL pecado y sus consecuencias sino que nos redime PARA que le adoremos, disfrutemos de su comunión y le sirvamos. En la segunda parte del libro (que algunos consideran difícil y por eso poco estudian) aprenderemos lecciones importantes que nos ayudarán a disfrutar más y hacer mejor estas tres cosas para las cuales Dios nos redimió.
Las dos partes son complementarias. Pasamos, como Israel, del yugo de Faraón al yugo de nuestro Señor. Es necesario que el inquilino malo salga de nuestra casa, pero sólo se quedará fuera si uno “más fuerte que él” toma posesión (Lc. 11:22Pero cuando viene otro más fuerte que él y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba, y reparte el botín.). El Salvador debe llegar a ser Soberano. Cuando esto suceda en nuestra vida viviremos la experiencia de El Libro de Éxodo que comienza con gemidos y termina con una manifestación de la gloria de Dios.
Podemos bosquejar el libro de esta manera:
ESCLAVITUD Caps. 1-11Ir a la Biblia en línea (sitio externo)
EMANCIPACIÓN Caps. 12-18Ir a la Biblia en línea (sitio externo)
ENSEÑANZA Caps. 19-40Ir a la Biblia en línea (sitio externo)
O lo podemos hacer de esta forma:
Esa persona es Moisés, quien ocupa un lugar prominente en las Escrituras. Su nombre aparece allí unas 720 veces. En su vida hay una serie de paralelos con Cristo y esto es muy interesante. Vale la pena buscarlos y anotarlos. Dios preparó a Moisés durante ochenta años para, por medio de él, dar SALVACIÓN a su pueblo.
Las diez plagas, el paso por el Mar Rojo, la provisión de agua y alimentos, las victorias sobre enemigos, son algunos ejemplos del poder de Dios que resulta en la SEPARACIÓN de su pueblo.
En la ley dada en el monte Sinaí y en el diseño, construcción y uso del tabernáculo, Dios dio a su pueblo, y a nosotros, lecciones importantes sobre la SANTIDAD que nos debe caracterizar.
En Génesis aprendimos que pertenecemos a Dios por derechos de creación. En este libro aprenderemos que somos suyos por redención, que fue efectuada con sangre y con poder.
Recomendamos como lectura adicional el cuaderno: “Harán un santuario para mí”, de la serie Palabras de Exhortación, editado por “El Sembrador”.