¿QUIÉN es el que sufre en este salmo? Sólo hay una respuesta. Los sufrimientos de Cristo en el Calvario se ven aquí con tanta claridad como en los evangelios: su clamor (v. 1Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?), la turba que se burla (vs. 7,8,12,13
7Todos los que me ven me escarnecen; estiran la boca, menean la cabeza, diciendo:
8Se encomendó a Jehová; líbrele él; sálvele, puesto que en él se complacía.
12Me han rodeado muchos toros; fuertes toros de Basán me han cercado.
13Abrieron sobre mí su boca como león rapaz y rugiente.); su cuerpo herido (vs. 14,17
14He sido derramado como aguas, y todos mis huesos se descoyuntaron;
Mi corazón fue como cera, derritiéndose en medio de mis entrañas.
17Contar puedo todos mis huesos; entre tanto, ellos me miran y me observan.), la sed que le consumía (v. 15Como un tiesto se secó mi vigor,
Y mi lengua se pegó a mi paladar,
Y me has puesto en el polvo de la muerte.); sus manos y pies horadados (v. 16Porque perros me han rodeado;
Me ha cercado cuadrilla de malignos;
Horadaron mis manos y mis pies.); el echar suertes sobre sus vestidos (v. 18Repartieron entre sí mis vestidos,
Y sobre mi ropa echaron suertes.) y el silencio de la muerte. Meditemos en esto antes de pasar a la segunda parte del salmo que principia en el versículo 22Anunciaré tu nombre a mis hermanos;
En medio de la congregación te alabaré..
La primera parte habla de sufrimientos y la segunda habla de “las glorias que vendrían tras ellos” (1 P. 1:11Escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.). La primera parte corresponde a los cuatro evangelios y la segunda al Libro de Apocalipsis, donde la gran congregación adora a Dios por la obra del Calvario y aclama al Cordero inmolado.
Este salmo, que describe los sufrimientos del Mesías con mil años de anticipación, es prueba muy convincente de la inspiración de la Biblia y que Dios conoce el fin desde el principio.
Pensemos en nuestro deber: A nosotros nos toca anunciar que “él hizo esto” (v. 31Vendrán, y anunciarán su justicia;
A pueblo no nacido aún, anunciarán que él hizo esto.).