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SEMBRADOR No. 763 - Página 1 |
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El engaño que se ha elaborado alrededor de estos atributos divinos es que se piensa que Dios ha de derramar su clemencia y misericordia sobre todo mortal, sin importar la actitud del que se acerca a él en busca de ellos; y también, no se considera que Dios, en su soberania, ha decidido quiénes han de ser sus receptores, es decir, no se puede gozar de su clemencia y de su misericordia, sin tener las condiciones del corazón que el Altísimo pide de sus criaturas. Ciertamente, el pecado nos separa de Dios, y lo haría para siempre si no fuera por su clemencia y misericordia, pero, ¿cómo obtenerla? |
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2008 Publicaciones "El Sembrador" |