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SEMBRADOR No. 763 - Página 3

 

1 de Enero de 2008 | Año 114                                            Descargar versión PDF


Tentar a Dios es:

1. Usar la duda como base de nuestra argumentación. Esto lo hizo el pueblo hebreo cuando tentaron a Jehová, diciendo: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no? (Éxodo 17:7).

2. Ir en contra de su autoridad, así leemos: Pero aún volvieron a pecar contra él, rebelándose contra el Altísimo en el desierto; pues tentaron a Dios en su corazón, pidiendo comida a su gusto (Salmo 78:17,18).

3. Insistir en desobedecer hasta provocarlo a ira. Esto es lo que leemos: Pero ellos tentaron y enojaron al Dios Altísimo, y no guardaron sus testimonios (Salmo 78:56).

Finalmente, pensemos en:

            EL FUEGO DE LA IRA           

La Biblia nos declara que Dios es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento (2 Pedro 3:9).

Es por esto que son necesarias tres cosas:
 

 

Desafío. Muchos que conocen la Palabra de Dios, la desobedecen descaradamente, para ver si el Dios de amor los castiga. Para éstos hay la advertencia:

Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo! (Hebreos (10:30,31); y: No tendrá por inocente al culpable (Nahum 1:3).

Apostasía. Esto se refiere a una ofensa que Dios no perdonará. Es cambiar lo divino por lo satánico. ¡Hay de aquel que opta por este camino!

No sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas (Hebreos 12:16,17).

            EL FUEGO DE LA IRA         

Tal vez usted se pregunte: El fuego de la ira de Dios, ¿contra quién se enciende?  La Biblia nos da las siguientes respuestas:
Contra Satanás (Ezequiel 28:18).

   Por creerse igual a Dios, por querer contaminar toda la creación con su iniquidad y por el pecado que fue hallado en él.

Contra los seguidores de Satanás (Mateo 25:41).

   Muchos han sido engañados por él y muchos más lo serán. Es astuto y sus engaños son sutiles, pero Dios castiga a los que caen en las trampas del diablo, porque han sido advertidos de ellas y no han querido oír.

Al pueblo que Dios, en Cristo, redimió para sí se le confirmó:

   “Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor”

(Hebreos 12:28,29).

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