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SER CELOSO DE LO BUENO

TEXTO PARA MEMORIZAR 1 Reyes 19:13

"Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías?"

INTRODUCCIÓN 1 Reyes 19:1-18

Repasemos algunos datos de la historia de Elías que vimos en la lección pasada. Por mandato de Dios:

a) Se escondió en el arroyo de Querit (17:3).

b) Se fue a morar a Sarepta (17:9).

c) Se mostró a Acab (18:1).

d) Corrió hasta llegar a Jezreel (18:46).

Pero en esta segunda parte de la historia de Elías, leímos que "viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida" (19:3).

Mas no lo hizo porque "vino palabra de Jehová..." (17:2,8; 18:1), como en los casos anteriores. Por eso es muy significativa la pregunta que le fue hecha dos veces: "¿Qué haces aquí, Elías?" (19:9,13).

¿Qué hacemos cuando vemos el peligro?

a) ¿Partimos a donde Dios no nos envió?

b) ¿Tenemos deseos que son pecado ("quítame la vida")?

c) ¿Se forman ideas que no son verdad ("sólo yo he quedado")?

d) ¿No tenemos nada que hacer que valga la pena?

Si Dios te preguntara en este instante: ¿Qué haces aquí? ¿Qué le responderías?

LECCIÓN Elías

Ésta es la segunda parte de la biografía del profeta Elías (19:1-18). Aquí está un hombre que ve a su alrededor y se siente solo y perseguido (vs. 10,14). Su confianza en Dios declina, y busca refugio bajo un enebro y en una cueva (vs. 5,9). El profeta enérgico y activo, aquí lo vemos desesperado y dormido (vs. 4-6).

Pero Dios no dejó a su profeta, le mandó:

a) Un ángel que le dijo: _________________________________________ (v. 5)

b) Comida que lo ______________________________________________ (v. 8)

Lo primero fortaleció su espíritu, lo segundo, su cuerpo. Después tomó una decisión muy acertada: caminar "hasta Horeb, el monte de Dios" (v. 8). Aquí Dios le hace una pregunta que es contestada en forma idéntica dos veces: "He sentido un vivo celo..." (vs. 10,14); y le da una instrucción: "Vuélvete..." (v. 15).

El celo por Jehová de los ejércitos lo llevó a desear un castigo más drástico, que no pudo ver; pero Dios lo envió para ungir a Hazael y a Jehú, quienes matarían a espada a los que habían pecado contra Jehová.

PENSAMIENTO Apocalipsis 3:19

Dios quiere que seamos celosos, es decir, cuidemos con todas nuestras fuerzas lo que es de él. Pero primero nos dice: "Arrepiéntete", o como le dijo a Elías: "Vuélvete". El celo debe nutrirse del amor que nació al encontrarme con Cristo en la cruz y no del egoísmo que busca lo personal, sin importar el bien de otros.

celoso

 

 

 

 

 

 

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