“Señor, déjala todavía este año”
(Lucas 13:8Él entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone.).

EL dueño de una higuera había venido a buscar fruto por tres años, sin hallarlo. Disgustado por esto, dijo: “Córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra?” (Lc. 13:7Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra?). El viñador, que era quien la cuidaba, pidió que la dejara un año más. Durante este año se comprometió a cavar alrededor de ella y abonarla, para ver si con un esfuerzo más la higuera se volvía productiva.

Entre otras cosas, esta parábola nos enseña una lección referente a lo que es la disciplina. Aprendemos que la disciplina es:

a) Una acción severa, tal vez drástica. Los que cuidan los árboles tienen que podarlos, para quitar ramas que estorban y no dejan pasar la luz; cavar a su alrededor, para remover la tierra que no sirve y las piedras; tal vez algunas raíces enfermas, y ver si tiene alguna plaga, para después, poner nueva tierra y abono.

b) Una acción necesaria. Sin ella, una planta que no da las flores o el fruto que se espera de ella, es inútil y sólo le quita a la tierra los nutrientes que pueden servir a otras plantas.

c) Una acción con un fin específico. La podadora, el pico y la pala están en las manos de un experto que sabe exactamente qué hacer. El fin es que dé fruto, o si ya da fruto, que dé más fruto (Jn. 15:2Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto).

Para este trimestre, en la Escuela Dominical, el título de nuestras lecciones es: “El Señor al que ama, disciplina” (Heb. 12:6Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo), y aprenderemos que la disciplina a la que Dios nos somete tiene estas características:

a) Es severa, porque busca grandes cambios positivos y duraderos en nuestra conducta, y es drástica, cuando tiene que corregir errores graves que se han vuelto costumbre.

b) Es necesaria, porque sin ella no podríamos agradar a Dios. El pecado se manifestaría de muchas formas y traería graves problemas a nuestra vida. En nuestra lucha contra el mal, no podemos triunfar solos.

c) Es provechosa, porque está diseñada por Dios para que demos “frutos de justicia” (Fil. 1:11llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios), es decir, acciones que son agradables a Dios y útiles a nuestros prójimos.

Las doce lecciones las dividiremos en tres grupos:

A) Dios y la disciplina

1. Dios pesa mi camino

2. Dios ve mi corazón

3. Dios oye mi clamor

4. Dios tiene el control

B) El fruto de la disciplina

5. Cambio completo

6. Compromiso contraído

7. Capacitación constante

8. Cumplimiento cabal

C) El proceso de restauración

9. Altar, templo y muro

10. Corazón, manos y oídos

11. Lectura, confesión y adoración

12. Sacrificios, alabanza y regocijo

*

INTRODUCCIÓN

¿Conoces la disciplina de Dios?

EL pueblo de Israel pasó por varias etapas de disciplina bajo la mano de Dios. Recordemos algunas:

1. Guiado por Moisés, vio maravillas y recibió leyes y ordenanzas. Esta fue disciplina formativa.

La vara de Moisés, no fue usada para castigar, sino para abrir el Mar Rojo y para manifestar el poder de Dios. Buscaba despertar su fe. Después, recibió la Ley. La fe debería producir obediencia. Finalmente, en la construcción del tabernáculo, Dios buscaba que se formaran costumbres que le ayudarían a recordar que era pueblo rescatado de la esclavitud. Entonces, movido por amor, le serviría con fidelidad.

2. En el desierto, fue castigado por su rebeldía e incredulidad. En parte, esta fue disciplina preventiva.

Dios puso pruebas y toda una generación falló. Entonces le dio una oportunidad a los niños y jóvenes que salieron de Egipto quienes, por lo que habían oído y experimentado, deberían andar en el temor de Dios, habiendo visto los resultados de la desobediencia.

3. En el tiempo de los jueces, fueron entregados en manos de naciones que los oprimieron y les arrebataron sus bienes. Esto fue disciplina correctiva.

Pero el pueblo no aprendió su lección y vez tras vez fue castigado por la mano severa de Dios.

4. En la época que estudiaremos este trimestre, el castigo fue mucho más severo. Fue disciplina punitiva. Un castigo merecido por despreciar a Dios.

¿La lección? Si hubieran entendido lo primero, no necesitarían pasar por los demás períodos de disciplina.

¿Por cuáles períodos has pasado tú?

“El Sembrador”
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