“Y Daniel propuso en su corazón
no contaminarse
con la porción de la comida del rey,
ni con el vino que él bebía;
pidió, por tanto, al jefe de los eunucos
que no se le obligase a contaminarse.”
Observemos las características de Daniel (1:3,43Y dijo el rey a Aspenaz, jefe de sus eunucos, que trajese de los hijos de Israel, del linaje real de los príncipes, 4muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey; y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos.):
a) De linaje ________________________________________________
b) Sin ______________ y de buen _____________________________
c) Enseñado en ____________________________________________
d) Sabio __________________________________________________
e) Idóneo para _____________________________________________
Pero lo más importante era su corazón. En su corazón propuso no contaminarse porque su mente dedujo que si comía y bebía lo que le mandaba el rey, pecaría contra Dios. Pero las propuestas, por muy buenas que sean, no son suficientes. Por esto pensó en un plan y pidió:
a) Que no se le obligase a contaminarse.
b) Que se le diesen legumbres y agua.
c) Que se le probara por diez días.
Al final de los diez días demostró cómo Dios bendice a sus hijos que le obedecen.
Daniel, Ananías, Misael y Azarías eran hebreos en el exilio. Nosotros somos ciudadanos de los cielos (Fil. 3:20Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo) que hemos de vivir aquí como extranjeros y peregrinos (1 P. 1:17Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; 2:11,1211Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, 12manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.). Estamos en la misma situación.
1. Tenemos que cuidar nuestras decisiones si queremos destacar (1:8,198Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse. 19Y el rey habló con ellos, y no fueron hallados entre todos ellos otros como Daniel, Ananías, Misael y Azarías; así, pues, estuvieron delante del rey.), y necesitamos destacar para que otros vean que nosotros servimos al Dios verdadero.
2. Tenemos que actuar con prudencia y sabiduría (2:14Entonces Daniel habló sabia y prudentemente a Arioc, capitán de la guardia del rey, que había salido para matar a los sabios de Babilonia.). Ante la injusticia del rey de mandar a matar a todos los sabios, hoy se pensaría en marchas de protesta y en huelgas. Daniel entró al rey a pedir tiempo y oró a Dios para que le revelara el sueño.
3. Tenemos que mantenernos firmes (3:18Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado). La firmeza de los tres no estaba sujeta a que Dios los librara, sino a su compromiso de “obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hch. 5:29Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres).
Si un joven o adolescente quiere destacar, debe ser extremadamente malo o debe ser limpio y recto en todos sus actos.
Muchos escogen la primera opción, pero sólo destacan por un lapso corto. Sin embargo, el que escoge lo segundo, es recordado por la eternidad, porque, además, su nombre es escrito por Dios en los cielos.
Por otro lado, si queremos poner a Dios en alto, tenemos que destacar entre la multitud. Aprendamos la lección de estos jóvenes en el exilio.