5

Servicio que debo entregar

TEXTO PARA MEMORIZAR Romanos 12:1

“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.”

INTRODUCCIÓN

Ser objeto de las misericordias de Dios, como vimos en la lección pasada, trae consigo una gran responsabilidad: la de presentar mi cuerpo en sacrificio:

a) Vivo, es decir: espíritu, alma y cuerpo han de estar unidos y totalmente entregados a Dios.

b) Santo, es decir: que ha experimentado la transformación operada por Dios, teniendo plena certidumbre de fe y una conciencia limpia que ya no da indicaciones erradas (Ro. 6:19Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.; Heb. 9:14¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?; 10:22acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.).

c) Agradable a Dios, es decir: vestido del Señor Jesucristo (Ro. 13:14sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.; Col. 3:9,109No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, 10y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno).

Pero, como vimos en la Lección 3:

Dios no quiere esclavos, sino hijos que le sirvan por amor.

Por eso la entrega de nuestro cuerpo debe ser un “culto racional”, es decir, una decisión a la que se llega por razonar acerca de qué es lo menos que podemos hacer como respuesta a las misericordias de Dios.