“Aconteció que la misma noche le dijo Jehová: Toma un toro del hato de tu padre, el segundo toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también la imagen de Asera que está junto a él.”
Gedeón tenía tres órdenes muy claras que cumplir:
1. Derribar el altar de Baal.
2. Cortar la imagen de Asera. Un bosque donde se celebraban ritos religiosos.
3. Construir un altar (Jue. 6:26y edifica altar a Jehová tu Dios en la cumbre de este peñasco en lugar conveniente; y tomando el segundo toro, sacrifícalo en holocausto con la madera de la imagen de Asera que habrás cortado.) y ofrecer en él sacrificio a Jehová, usando la madera de la imagen de Asera.
Erradicar costumbres viejas
Eliminar todos los ídolos
Edificar un altar a Dios
1. Nada ni nadie debe compartir el lugar que sólo a Dios le corresponde. Para asegurar esto, debes destruir lo que antes amabas, para que nunca regrese a tu vida.
2. Nada debe recordarnos nuestras antiguas costumbres. La sangre de Cristo nos rescató de nuestra “vana manera de vivir” (1 P. 1:18sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata).
3. Mi compromiso de servir a Dios debe ser visible a todos. La madera, lo humano, debe ser ofrecido a Dios en forma irrevocable: leña para ser quemada, no madera para ser tallada y servir de adorno.
No sólo los alimentos y la seguridad estaban en crisis, también la fe en Dios era escasa. Por esto la historia de Gedeón tiene rasgos interesantes sobre el uso de pretextos para no obedecer a Dios. Apliquemos sus lecciones al día de hoy:
1. Hay preguntas sin respuesta, o bien, conclusiones equivocadas (6:13Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas. ).
2. Hay presupuestos que no alcanzan para nada, o bien una visión equivocada de lo que tenemos (6:15Entonces le respondiĆ³: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre.).
3. Hay peticiones contestadas que no eliminan las dudas porque se hicieron sin pensar (6:36-3836Y Gedeón dijo a Dios: Si has de salvar a Israel por mi mano, como has dicho, 37he aquí que yo pondré un vellón de lana en la era; y si el rocío estuviere en el vellón solamente, quedando seca toda la otra tierra, entonces entenderé que salvarás a Israel por mi mano, como lo has dicho. 38Y aconteció así, pues cuando se levantó de mañana, exprimió el vellón y sacó de él el rocío, un tazón lleno de agua. ).
Dios ayudó a Gedeón a vencer estos pretextos de la manera siguiente:
1. Le ayudó a ver la crisis como disciplina, y porque esto habla del amor de Dios (Heb. 12:6Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.), sería su fortaleza, no su debilidad (6:14Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?).
2. Le mostró que, entre sus recursos, tenía a Dios quien estaría a su lado al enfrentar al enemigo (6:16Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.).
3. Le contestó su segunda oración (6:39,4039Mas Gedeón dijo a Dios: No se encienda tu ira contra mí, si aún hablare esta vez; solamente probaré ahora otra vez con el vellón. Te ruego que solamente el vellón quede seco, y el rocío sobre la tierra. 40Y aquella noche lo hizo Dios así; sólo el vellón quedó seco, y en toda la tierra hubo rocío.).
Pero la lección principal la encontramos en lo que hizo Gedeón con sus pretextos:
a) No los presentó a los hombres para excusarse por no haber cumplido con la voluntad de Dios.
b) Los presentó a Dios, y esperó en él para que le hiciera cambiar su forma de razonar.
María nos da una lección similar. De su historia aprendemos dos cosas importantes para cuando queremos interponer pretextos y excusas.
a) Debemos creer en el poder de Dios (v. 37porque nada hay imposible para Dios.).
b) Debemos considerarnos sólo como sus siervos (v. 38Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.).