NOVIEMBRE 15

1 Corintios 15:1-22Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

HAY RESURRECCIÓN

Algunos en Corinto dudaban y aun negaban que hubiese resurrección. Ya para terminar su carta, el apóstol trata ampliamente esta doctrina que es fundamental al evangelio que predicaba y que ellos habían recibido. Pablo no es el origen del evangelio: lo recibió de Dios. Las Escrituras (el Antiguo Testamento) anuncian dos verdades:

a) Cristo iba a morir por nuestros pecados, y

b) Cristo iba a resucitar al tercer día.

La prueba de su muerte es que fue sepultado y la de su resurrección es que apareció a Cefas, a los doce, a quinientos, a Jacobo, a todos los apóstoles y, Pablo dice: “me apareció a mí” (v. 8y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.). Hubo muchos testigos.

Sin la resurrección no habría evangelio, ni salvación, ni esperanza para el futuro. Sería vana la predicación y la fe (vs. 2,14,172por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. 14Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. 17y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.). La resurrección de Cristo asegura el cumplimiento de todos los propósitos de Dios. El mundo acepta fácilmente la historia de un “Jesús difunto”, pero nuestro deber es proclamar un evangelio que dice: “Cristo ha resucitado” (v. 20Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.).

“El Sembrador”
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