¿No se daba cuenta Elías de las consecuencias terribles de la sequía cuando oró que no lloviese? El sufrimiento físico es terrible, pero peores son las consecuencias de vivir lejos de Dios, y la aflicción serviría para hacer que el pueblo volviera a Dios.
Elías anunció la sequía en el capítulo 17Ir a la Biblia en línea (sitio externo), pero aquí lleva un mensaje de gracia: “Haré llover”. A pesar de la impiedad reinante, Dios tenía un siervo en el palacio, Abdías, que escondió y alimentó a cien profetas. Sí es posible servir a Dios en un ambiente hostil. Abdías hizo algo, en contraste con los que se limitan a buscar excusas en las circunstancias para disculparse por no hacer nada por Dios. Cuando se encuentran en el campo, el rey acusa al profeta de turbar a Israel. Elías responde: “Yo no he turbado a Israel, sino tú y la casa de tu padre” (v. 18Y él respondió: Yo no he turbado a Israel, sino tú y la casa de tu padre, dejando los mandamientos de Jehová, y siguiendo a los baales.). Una de las glorias de Elías es que cuando Cristo preguntó: “¿Quién dicen los hombres que soy yo?” (Mr. 8:27,2827Salieron Jesús y sus discípulos por las aldeas de Cesarea de Filipo. Y en el camino preguntó a sus discípulos, diciéndoles: ¿Quién dicen los hombres que soy yo? 28Ellos respondieron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas.), la respuesta fue: “Elías”. Se parecían. Al Señor también lo acusaron de alborotar al pueblo (Lc. 23:5Pero ellos porfiaban, diciendo: Alborota al pueblo, enseñando por toda Judea, comenzando desde Galilea hasta aquí.). El Señor fue al monte Calvario y Elías al monte Carmelo, donde retó a 850 profetas idólatras a una confrontación.