Nuestra lectura señala dos cosas de Salomón:
El espejo de las Escrituras refleja a uno que “amó a Jehová” y le fue obediente, solamente que “sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos” (v. 3Mas Salomón amó a Jehová, andando en los estatutos de su padre David; solamente sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.). Esta era práctica cananea e idolátrica. No consintamos ningún “solamente” en nuestro carácter o conducta. Decidamos eliminarlo hoy mismo.
Salomón contaba con menos de veinte años cuando llegó a ser rey y estaba consciente de sus limitaciones: “Soy joven, y no sé cómo entrar ni salir” (v. 7Ahora pues, Jehová Dios mío, tú me has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre; y yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir.). Era humilde, agradecido y confiaba en el poder de Dios así que, cuando Dios le ofrece: “Pide lo que quieras” (v. 5Y se le apareció Jehová a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quieras que yo te dé.), pidió bien. Dios le dio lo que pidió y le dio más de lo que pidió (Ef. 3:20Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros). No envidiemos a Salomón, porque Dios nos ofrece la misma oportunidad de pedir lo que queramos (Mt. 7:7Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.; Jn. 15:16No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.). ¿Qué le pediremos hoy? Salomón pidió pensando en el bien del pueblo. A veces pedimos y no recibimos porque pedimos mal, para nuestro propio deleite (Stg. 4:3Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.). Santiago aconseja que pidamos sabiduría y nos asegura que la recibiremos (Stg. 1:5Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.).